1.08: En serio tengo que irme

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»Dame la oportunidad de ser el padre que mereces«
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Por la mañana, Isaac se había ido temprano a recoger algunas cosas a su antigua casa, dejando solos a Lilian y Derek

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Por la mañana, Isaac se había ido temprano a recoger algunas cosas a su antigua casa, dejando solos a Lilian y Derek.

─¿Quieres comer?─Lilian le tendió un sándwich, el cual aceptó agradecido─. ¿Quién es el siguiente?

─Erica Reyes─respondió Derek dándole una mordida al sándwich.

─La conozco. Sé que sufre epilepsia, o algo así.

─Y es por eso que aceptará.

El alfa se puso de pie y tomó su chaqueta, dispuesto a irse. No le dijo a Lilian a dónde se dirigía, así que supuso que no era importante.

Un rato después decidió que ella también tenía que ir a su casa a tomar una ducha, pues no iría a la escuela después de dos días sin bañarse.

Revisó la hora en su celular e hizo cálculos. Se suponía que su padre no estaba en casa, así que pensó que podría ir, bañarse y recoger un poco de ropa sin que la notara. Luego de unos segundos meditándolo, tomó sus llaves y salió del lugar.

Manejó nerviosamente durante 10 minutos hasta que finalmente llegó. Al bajarse del auto cometió el gravísimo error de no notar que el de su padre aún estaba estacionado, así que, totalmente convencida de que estaría sola, entró a la casa.

Se sentía extraño estar ahí, era como si hubieran pasado años desde la última vez que la había visitado cuando solamente habían pasado dos días.

Dentro olía horrible, parecía que nunca la hubieran limpiado. Había una pila de trastes sucios, las botellas de whisky vacías adornaban la mesa, y una lámpara rota estaba a un lado de ella, una prueba de que Damon no se había tomado su huida con gusto.

Justo cuando iba a subir a su habitación escuchó un ruido en la cocina. Al darse la vuelta su padre estaba ahí, viéndola fijamente con una mirada bastante confusa.

Lilian quiso correr en ese momento, el pánico lo inundó al ver a Damon parado sin decir nada, pero lo que hizo después la tomó por sorpresa.

Antes de que pudiera decir algo, ya estaba en los brazos de su padre. El hombre la tenía abrazada por el cuello con fuerza mientras lloraba, repitiendo una y otra vez que lo perdonara por todo. Lilian, bastante tensa y sin saber que hacer, le regresó el abrazo incómodamente.

A pesar del olor a tabaco y alcohol que emanaba, estaba sobrio, así que Lilian lo tomó suavemente por los hombros y lo separó de ella lentamente.

─Necesito irme─habló con tono dulce para evitar que se enojara ─. Solo vine a tomar una ducha.

─No, no, no─sus ojos se llenaron de lágrimas, tomó las manos de su hija y se arrodilló ante ella─. Por favor, no te vayas otra vez.

Lilian lo agarró por los brazos y lo puso de pie.

─No puedo seguir aquí.

─¿Qué tengo que hacer para que te quedes?, pídeme lo que quieras y lo haré.

─No─negó repetidamente aguantando sus ganas de llorar─. Tengo que irme, por favor... deja que me vaya.

─Haré lo que quieras─rogó intentando agacharse de nuevo, pero su hija lo hizo que se mantuviera de pie─. Dímelo, dime que quieres y te lo daré.

─Papá, ya por favor... ya para.

─¿Eso quieres?, ¿qué deje de beber?, estoy sobrio, mírame─se separó de ella y alzó sus manos para mostrarse a sí mismo.

Llevaba puesto un traje negro, pero su cara llena de lágrimas y el pelo despeinado no le ayudaba a verse bien.

─Papá, en serio tengo que irme─murmuró viendo al piso, las lágrimas ya comenzaban a bajar por sus ojos.

─¡Mírame!─Lilian dio un brinco al escuchar su grito, sabía que pronto se descontrolaría y la situación se pondría fea─. Puedo ser el padre que quieres─dijo bajando la voz al ver que la había asustado─. Solo dame la oportunidad.

─Iré a bañarme. Haz lo mismo y hablaremos ¿si?─pidió con calma. Damon la vio por unos segundos y después asintió no muy convencido─. Okay, iré rápido.

Lilian subió corriendo por las escaleras a su habitación, colocó el seguro y comenzó a desvestirse. Se bañó rápido y al salir se puso ropa deportiva para su primera clase.

Comenzó a meter cosas descuidadamente en su maleta: ropa para varios días, artículos de higiene, un par de zapatos y algunas pertenencias de valor para conseguir dinero.

Al pasar por su peinador vio una foto con Erin. Se quiso golpear por haber olvidado que iría a su casa para hablar con él, así que hizo la nota mental de buscarlo en la escuela.

Recogió un par de fotos con su mejor amigo y otros objetos, exclusivamente lo importante para que todo cupiera en su bolso.

Ya con todo listo, bajó a la sala de estar. Ahí estaba su padre, duchado y con ropa limpia, mirando fijamente las palmas de sus manos. Se acercó lentamente y tomó asiento frente a él.

─Me iré con un amigo por un tiempo─habló con delicadeza, y el hombre cerró los ojos al escucharla─. Si realmente quieres que regrese debes dejar de beber.

─¿Solo eso?─inquirió sin levantar la vista.

─E ir a los grupos de ayuda.

Damon soltó una risita burlona sin dignarse a verla, así que ella se levantó del sillón y caminó hasta la puerta. Antes de salir volteó a verlo una última vez.

─¿Papá?

Damon levantó la vista por fin, no la había escuchado llamarlo así desde que tenía 8 años; miró a su hija, que estaba parada en la entrada, con esperanza e ilusión de que decidiera no irse.

─Si decides no hacerlo, no me busques, porque si no le contaré todo a la policía.

Dicho eso salió de la casa, dejando a Damon con sus ilusiones por el suelo y el corazón destrozado al perder a la única familia que le quedaba.

Lilian subió al auto y dejó salir las lágrimas que había estaba reteniendo.

Odiaba a Damon, odiaba que no fuera capaz de ver lo mucho que la lastimaba, pero más odiaba amarlo a pesar de eso. ¿Cómo no hacerlo?, le enseñaron toda la vida que la familia es primero, que no importa el trato que te den, tienes que quererlos.

Golpeó repetidamente el volante con los puños, las lágrimas no dejaban salir y se sentía patética. ¿Hasta cuándo iban a estar en la misma situación? No era la primera vez que pasaba eso.

Nunca se había ido de la casa, pero siempre, después de una pelea, él prometía cambiar y la convencía de que podía ser un mejor padre, que las cosas serían diferentes con el tiempo. ¿Lo peor?, lo peor era que le creía, siempre le creía.

Su teléfono comenzó a sonar, al fijarse en la pantalla vio el nombre de Isaac. En algún momento de la noche le había dado su número para que la llamara en caso de necesitar ayuda.

─¿Qué pasa?

Respondió la llamada rápidamente, imaginando las peores situaciones en las que podría necesitarla, varias de ellas en donde la policía lo había encontrado y ahora estaba de nuevo en comisaría.

─¿Puedes venir por mí?─había algo en su voz que la alarmó. Sonaba decaído, y tal vez triste.

─¿Dónde estás? ¿Estás bien?¿Pasó algo?

─Si, solo...─hizo una pausa en donde todo lo que pudo escuchar fue su respiración agitada─. Estoy en casa de mi padre...

Lilian comprendió lo que sucedía. Al parecer no era la única que había tenido una mala mañana.

─Voy para allá.

CARE FOR ME ── ISAAC LAHEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora