Capítulo 2 : Entramos en historia

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Quiero aclarar que soy una persona común, que no se mete con nadie, alguien que trata de mantenerse bajo perfil con el fin de no meterse en problemas, no busca llamar mucho la atención y nunca se entera de nada. Pues ya ves, soy una chica ordinaria de secundaria que vive todo el tiempo preocupada por cosas tan insignificantes para otros, pero para mí son cosas demasiado significativas.

A pesar de ser muy abierta con mi círculo social, me cuesta mucho creer en la gente tras historias vividas, me he dado cuenta de que en mis relaciones anteriores los chicos solo me veían como un objeto el cual le sacaban bastante provecho, no me malinterpretes, hablo de las clases. No es por alardear, pero soy una estudiante ejemplar por lo que la mayor parte del tiempo me veías en la biblioteca de la secundaria haciendo la tarea de otro, a cambio de dinero, era eso o revelaban mi secreto, el cual no tengo idea de cómo lo supieron.

No sé si llamar esto como una bendición o maldición, de verdad no se me ocurre ni un maldito apodo para esto. Soy una chica muy guapa, mi cuerpo es reloj de arena, ya sabes, grandes pechos, cintura pequeña, caderas redondas, glúteos tonificados, piernas perfectas... En fin, todo lo que un chico consideraría como chica perfecta, rostro angelical, piel canela, pelo castaño oscuro (por los hombros), labios en forma de manzana, ojos marrones oscuros, piel suave y delicada como la de un bebé (creo que he dicho de más).

Pero con dichas cualidades ¿Por qué las considero maldición? Es muy sencillo, me ven como una especie de juguete sexual, pues como me ven del tipo niña inocente me toman de relajo cosa que odio, solo deseo que alguien me vea por lo que soy por dentro. Aunque tengo tales proporciones soy bastante sencilla, tranquila, y cómo no serlo si todas las que me ven me quieren asesinar porque me robo todas las miradas de los chicos.

Lamentablemente mi vida amorosa es inexistente, pero no me molesta, de hecho, estoy bien así, no soy una solitaria del todo, tengo mi grupo de amigos en el cual soy la única chica y me siento muy bien así ya que con los que sí me junto son personas muy sanas, además mis padres me permiten salir a todas partes con ellos.

Aunque amo estar con ellos siento que me falta algo, me siento muy vacía, como que una parte de mi corazón desea con toda su fuerza, ser amada, tengo 17 años y aun sueño con el día en que alguien me ame de verdad, que no me vea solo mi físico e inteligencia. Pero no tengo suerte en esa parte, y cuando pensé que esta vez podía confiar en el amor me pagaron de la peor manera.

(flashback)

Llegué a las 4:00pm a casa, cansada y de pésimo humor, solo quería darme un buen baño y tirarme en la cama hasta el amanecer, ese día fue el peor de mi vida y para rematar recibo el siguiente mensaje de texto:

- Buenas tardes Marry, tenemos que hablar.

- A ver dime (sabía lo que venía).

- Discúlpame, pero esta relación no puede seguir, ya no confío en ti como antes, esto de las relaciones a distancia no me sirve, siempre estamos ocupados, y el hecho de no vernos está afectándonos. De verdad te agradezco por la oportunidad, por ayudarme, creer en mí, estar ahí. Eres una chica maravillosa y espero que seas feliz.

- Si esa es tu decisión adelante haz lo que quieras, solo que a partir de ahora no nos conocemos. ADIOS.

Admito que lloré bastante pues ya estaba cansada del mismo cuento.

(fin del flashback)

Y no es la primera vez que me pasa, yesa en especial me afectó bastante, aunque lo intento, aún me cuesta entender varias cosas, me siento como una niña en el cuerpo de una adolescente.

Decidí dedicarme a mí misma sin darle importancia a chicos idiotas y estúpidos, simplemente les pasaba por el lado sin prestarles atención, y siendo honesta, me encantaba ver cuando intentaban llamar mi atención, actuaban como perros persiguiendo sus colas, se veían como niños tratando de mostrarle al otro cual es el mejor, sólo los ignoraba, era demasiado divertido.

Aunque me divertía mucho al mismo tiempo me daba mucha ansiedad pasar por el grupo de los Fuckboys, ya que uno de ellos, el más sexy de todos, años atrás fuimos algo, no pienses que tuvimos sexo, se trata de Mateo el mejor jugador de básquetbol de toda la secundaria, todas las chicas babeaban por él, y cómo no hacerlo, es alto, de piel cetrina, cuerpo excelentemente marcado por sus músculos, pelo negro despeinado al lado, ojos verdes, rostro angelical, mandíbula bien definida, el combo perfecto para embobar chicas (incluyéndome), después de que nuestra relación terminara no cruzábamos miradas ni palabras. Sólo me enteraba por vía de las chicas populares de que Mateo se convirtió en un Don Juan, que cada fin de semana tenía sexo con una chica diferente, me daba asco escuchar las conversaciones en los baños dando detalles de lo sucedido en aquel encuentro casual, perdón romántico.

- Me acariciaba la espalda mientras me mordía el cuello, me decía cosas sucias al oído mientras su mano pasaba cerca de mi vagina, gemía de placer, me apretaba mis pechos, se corrí...

¡Puah!, solo pensaba en cómo eran tan idiotas para andar diciendo lo que Mateo hacía con ellas, ¡Era tan asqueroso!, pero a la vez también quería experimentar esa sensación de la cual las chicas tanto hablaban, tenía curiosidad, y qué puedo decir, la única virgen de mi clase era yo. Por más que trataba de alejar esos pensamientos no podía, pues leía mucho sobre sexo y cuánto más contenido leía más tentadora se volvía la idea.

Ahora llega lo divertido, inicia una nueva semana en la secundaria, aún recuerdo aquel mensaje que nos dijo el director en los buenos días: "Esta semana será un poco intensa, así que estén preparados", horas después nos avisaron que teníamos una excursión para la capital, en un área cerca del mar, todos emocionados con excepción de mí, pues la salida era a las 5:00am, por lo que teníamos que madrugar. Luego de que confirmaron el paseo iba a dirigirme a la biblioteca a trabajar en un proyecto personal, en el pasillo se encontraba Mateo, ¡DIOS! se veía muy sexy con ese suéter tan pegado, que se le notaban sus cuadros, parecía un chico malo de los que sólo aparecen en películas, esos labios tan seductores me dan deseos de probarlos ¡YA BASTA! tan fuerte fue mi llamado que aterricé al Planeta Tierra en cuestión de microsegundos.

Grité tan fuerte que Mateo me miró, con esos ojos tan seductores que hacen que cualquiera caiga en una hipnosis de inmediato, me sonrió de una manera tímida pero retante, procuré bajar la cabeza para disimular la situación tan vergonzosa la cual estaba experimentando, de todas maneras no funcionó porque estaba caminando a mi dirección, me temblaba el cuerpo, mi corazón latía a millón por hora, iba de camino a mi taquilla, pero una maldita rubia se le acercó y se abalanzó en su cuello como una especie de columpio: -Esa estúpida- pensé, pero para mi sorpresa Mateo la ignoró y la echó a un lado.

Sólo es un juego ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora