Hung Up (Childe x Zhongli)

Capítulo 05

ADVERTENCIA: Debido a la reciente pandemia mucha gente ha perdido familia, en este capítulo se menciona la enfermedad y muerte de un padre. Si estos temas te son delicados te recomiendo lo leas con precausión.

* * *

La figura de su padre parecía diminuta en la cama del hospital que tenía delante.

Era una de esas escenas que parecían intrínsecamente incorrectas, como un sueño, en cierto modo, como si en los próximos segundos el mundo pudiera retorcerse o plegarse sobre sí mismo, y dejarlo caer rápidamente en otro lugar en el guión gráfico desconectado que típicamente tenían los sueños, que sería he significado que no eran reales y que nunca lo serían.

Eso no pasó aquí. Con su familia a su lado, la forma de Petya, que había sido devorada por la enfermedad, seguía siendo una cosa arrugada y pálida incluso contra el blanco de sus sábanas. Había estado medio apoyado hacia arriba en un inútil esfuerzo por proporcionarle un poco más de comodidad.

Childe lo miró en silencio, la mano de su madre acariciando la parte baja de su espalda. Apenas lo sintió.

Petya durmió completamente inconsciente del semicírculo de su esposa e hijos a su alrededor, donde se pararon como portadores del féretro. Esta noche solo estaban Childe, Tonia y Sascha. Childe sospechó que los demás habían estado aquí antes.

Le pusieron un goteo de morfina, razón por la cual podía dormir pacificamente, incluso a través de la espesa tensión del aire.

Además de eso, a Childe le quedó claro que todo lo demás se estaba haciendo únicamente para que el anciano se sintiera más cómodo. Pero si las circunstancias no habían sido claras para Childe entonces, ciertamente quedó claro cuando el hombre anciano y tambaleante que había actuado como su médico entró para transmitir unas pocas palabras murmuradas a su madre.

Childe no se consideraba especialmente inteligente (su talento estaba en otra parte, en lugar de en los libros), pero entendió algunas de las frases pronunciadas: metástasis, tumor y páncreas entre ellas.

En ninguna parte allí escuchó acción rápida.

En ninguna parte escuchó que no teníamos idea, o sucedió tan rápido, o no estábamos preparados.

"En este momento", dijo el médico, con ojos pequeños y prácticos en la forma en que los oncólogos debían ser para mantener la cordura. "Lo máximo que podemos hacer es asegurarnos de que muera en paz, con poco dolor. Ahora que su familia está aquí... Me prepararía para dar su último adiós".

La voz de Izolda era muy, muy pequeña. Su mano había dejado de ejercer presiones tranquilizadoras contra la espalda de Childe. "Gracias."

El médico se fue.

Fue Sascha quien se volvió hacia él primero, sintiendo peligro. "Ajax,"

"Me mentiste", Childe no estaba necesariamente seguro de a quién estaba acusando. Sascha, o su madre, o Tonia, o incluso su padre o tal vez todos ellos. Y por su parte, parecían no estar seguros de quién también, porque todos compartían una especie de culpa igual, permitiéndoles revolotear abiertamente, incómodamente, sobre sus rostros.

"No", Izolda apartó las manos de su espalda. "No, lapochka, no los culpes, yo-- "

"--Sí", los brazos de Sascha se cruzaron sobre su pecho. Pasó sin problemas de la culpa a otra emoción, con la barbilla sobresaliendo. A los veintisiete años se mantuvo erguido, fuerte y conocedor de esos dos hechos de su vida, sin miedo al conflicto. "Lo hicimos. Papá nos dijo que lo hiciéramos. Si escuchaste las noticias todo el camino, ¿quién sabía cómo te afectaría? Tal vez te escaparías de nuevo, o buscarías pelea, y te lastimarías, ¿y qué tendríamos que mostrar excepto dos miembros de nuestra familia en el hospital? Enójate todo lo que quieras, pero cuando actúas como lo has hecho, no puedes enojarte con nosotros por querer evitar que te descarriles".