Era el lunes de la semana siguiente y habían pasado cuatro días desde el pequeño accidente en el laboratorio y les habían dado más tiempo para el trabajo porque habían tenido que retrasarlo porque en el fuego se habían estropeado un par de cosas del laboratorio. A la salida, Marco se acercó a Lucas y le dijo:
-Oye Lucas, ¿quedamos esta tarde en mi casa para adelantar el proyecto?
-Mm vale ¿a qué hora?
-¿Sobre las cinco de la tarde te viene bien?
-Vale, ¿me pasas la dirección?
-Si, pero me tienes que dar tu número.
-Si, espera que saco el móvil y te lo digo.
Lucas sacó el móvil y le dió su número a Marco, él le pasó su dirección, luego se despidieron y Lucas alcanzó a Olivia, Scarlett, Leila, Leo, Álex y Hugo que empezaron a bromear diciendo:
-Parece que la tía ya no va a estar tan solterona.
-Ay Liv, no empecéis, sólo somos amigos y vamos a quedar para un trabajo de química.
-Si si, lo que usted diga tía.
-Álex, no seas ridículo.
-No es ridículo, es realista, ¿tú has visto cómo te mira?
-Y como me mira según tu, Scar.
-Te mira con los ojos brillantes como estrellas.
-Si, te mira con ESA miradita.
-Ay Leila por favor, no seáis exagerados.
-Ya, ya, luego nos contarás.
-Si, Leo, si, os contaré lo maravilloso que nos ha salido el trabajo y que no ha pasado absolutamente nada.
-Eso ya lo veremos Luquitas.
-Esto es acoso, seis contra uno es injusto Hugo, que lo sepas, me voy.
Lucas y los demás se rieron y luego cada uno se fue a su casa, más tarde, el padre de Lucas le llevó a casa de Marco para hacer el trabajo y cuando llegó a la entrada alucinó con la casa, era una mansión de estilo moderno, con piscina, jacuzzi, jardín, varios garajes y tres plantas, era de un estilo minimalista e increíblemente enorme. Lucas llamó al timbre y Marco le abrió, salió a recibirle y justo en ese momento salía Alessandro Cavalieri, el padre de Marco y un famoso y millonario empresario italiano, que tenía una de las marcas de armas más importantes, tenía los ojos azules cómo Marco y se parecían mucho, el pelo negro oscuro, era bastante alto, era muy guapo, tenía un cuerpo atlético, algunos tatuajes y llevaba puesto un traje muy elegante, siendo sinceros, parecía un mafioso, pero saludó a Lucas amablemente con una voz ronca y profunda antes de darle un beso en la mejilla a Marco despidiéndose y justo cuando se estaba subiendo a su coche, un Porsche negro, una niña pequeña con un precioso vestido rojo y unos zapatitos negros con unos calcetines blancos con dos pompomcitos a los lados con unos lacitos, salió corriendo a abrazarle mientras gritaba:
-¡Papá!
Ella se enganchó a su pierna diciendo:
-No quiero que te vayas, papá.
Él puso una sonrisa torcida de ternura, se la quitó de la pierna, se agachó y mientras la cogía los hombros la dijo:
-Cariño, yo tampoco quiero irme y dejar a mi princesa sola, pero papá volverá en unas horas de la reunión, ¿vale?.
Después la abrazó y la niña se calmó y con carita triste le dijo:
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.
Mientras tanto, salió Martina, la madre de Marco, una mujer muy guapa, con el pelo rubio claro igual que Marco, los ojos color miel, de estatura media y esbelta, llevaba un vestido rojo escotado ni muy largo ni muy corto, con un bolso de bandolera negro y unos tacones negros, además de un collar y unos pendientes largos de diamantes. Martina salió diciendo:
-Mia, deja a tu padre que va a llegar tarde a la reunión cariño.
-Vale mami.
Ella se acercó y agarró a Mia de la mano, luego Martina le dió un beso en la boca a Alessandro, se despidieron y él se subió al coche y se fue. Ella caminó hacia Lucas y le saludó diciendo:
-Ah hola, soy Martina, la mamá de Marco.
-Y yo soy Mia, su hermana pequeña, tengo 7 años.
Mia era una niña muy dulce y además parecía una auténtica muñequita, tenía el pelo castaño claro ondulado con los mechones delanteros recogidos atrás con un lacito blanco dejando a la vista su cara completa, tenía los ojos azul claro cómo Marco y su madre y sus mejillas estaban ligeramente coloreadas con un suave tono rojo. Marco presentó a Lucas:
-Mamá, Mia, este es Lucas, mi compañero del trabajo de química.
-Ah si, Lucas, creo que Marco nos había hablado de ti.
Marco miró a su madre para que se callase y ella le sonrió y mirando a su reloj dijo:
-Uy, mira la hora, nos tenemos que ir ya cariño, que vamos a llegar tarde.
La niña sonrió y dijo:
-Vale mami -se dirigió a Lucas y a Marco y dulcemente dijo mientras agitaba su mano- adiós.
Lucas sonrió y despidiéndose con la mano dijo:
-Adiós Mia, un gusto conocerte.
Marco la abrazó, la dió un beso en la mejilla y le frotó la cabeza delicadamente diciendo:
-Adiós peque.
La niña le dió un beso en la mejilla, le dió la mano a su madre que le dió un beso en la frente a Marco y se despidió de ambos y después de subir a Mia al coche, se subió y se fue. Marco miró a Lucas y le dijo:
-¿Vamos?
-Si.
Ambos entraron y subieron a la habitación de Marco, no era nada especial, era la típica habitación de un adolescente de 17 años, a excepción de una pared en la que tenía unas luces con fotos de su familia, sus amigos y sus mascotas. Su habitación era en tonos grises y negros con blanco, al entrar por la puerta, a la derecha tenía un escritorio con un ordenador y encima, en la pared tenía un mapamundi negro con los continentes blancos al igual que el marco en el que estaba puesto con unas chinchetas en diferentes ciudades, algunas tenían chinchetas rojas y otras verdes, además de un reloj negro con las agujas blancas, Lucas le preguntó sobre las chinchetas:
-Oye, ¿por qué son de diferentes colores?
Marcos se acercó y señalando las chinchetas le dijo:
-Las verdes, son a las ciudades que ya he ido y las rojas son ciudades a las que quiero ir.
Lucas le miró y empezó a sentir una especie de mariposas en el estómago, reconoció perfectamente ese sentimiento, pero se quitó ese pensamiento de la cabeza porque Marco era claramente hetero y no tenía ninguna oportunidad y no quería sufrir, así que le dijo:
-Que guay, has viajado mucho.
-Si, a mi familia le encanta viajar y disfrutar el poco tiempo que podemos pasar todos juntos.
-¿No pasáis mucho tiempo en familia?
-No, mis padres trabajan mucho, mis hermanos mayores están terminando la universidad y con la que más tiempo paso es con Mia, porque quiero aprovecharlo lo máximo que pueda porque como el año que viene me voy a la universidad, ella se quedará sola y la quiero mucho.
-Seguro que ella estará bien.
Lucas le puso la mano sobre su hombro mostrándole su apoyo y en cuanto la mano de Lucas rozó un poco la piel de Marco, Marco sintió una especie de hormigueo que le recorrió todo el cuerpo y parecía que tenía media población de mariposas en el estómago, justo en ese momento entró Chiara y Matteo, los hermanos mayores de Marco que habían venido de sorpresa el fin de semana, Chiara era una chica de estatura media, delgada, tenía el pelo bastante largo, rubio y rizado, además de unos ojos color verde oliva y una piel de un color un poco bronceado con las mejillas ligeramente coloreadas de un suave tono rosa, a diferencia de Matteo, que era bastante alto y muy guapo, tenía un cuerpo atlético y la piel un poco bronceada, algunos tatuajes y el pelo negro y ojos miel brillante como su madre, eran mellizos, por lo cual eran diferentes, de hecho eran prácticamente opuestos, pero se complementaban, ella era una chica muy sociable, extrovertida, cariñosa, sensible y divertida, Matteo en cambio era muy frío, introvertido, no demostraba sus sentimientos casi y era bastante serio, pero lo que ambos tenían en común, era que ambos tenían mucho carácter y un fuerte temperamento. Ellos al entrar gritaron:
-¡Sorpresa Marquitoo!
De repente se fijaron en Lucas y Chiara enseguida se acercó, miró a Lucas y le dijo:
-Hola, soy Chiara, la hermana mayor de Marco.
Lucas un poco sorprendido la dijo:
-Hola, soy Lucas, soy compañero de Marco en el instituto y estamos haciendo un trabajo juntos.
A Chiara se le iluminó la cara y dijo:
-Ah, si, Lucas, mi hermano nos ha hablado de ti.
Marco la hizo un gesto disimulado para que se callara y luego la abrazó, mientras Matteo se presentó con una voz profunda:
-Hola, soy Matteo, el hermano de Marco, encantado.
-Igualmente.
Después de hablar un rato ellos se fueron y Lucas y Marco se pusieron a hacer el trabajo, más tarde, Lucas se iba a ir, pero Marco le dijo:
-Oye, es tarde, te invito a cenar y así nos conocemos un poco mejor, si quieres.
-Vale, tengo que avisar a mis padres, pero ¿a dónde vamos?
-Ya lo verás.-¿Vale?
Ambos se fueron a un restaurante estilo años 60 que era chulísimo, lleno de neones, el suelo era de cuadros negros y blancos y todo estaba ambientado en la época de los 60, con los sillones y taburetes rojos y las mesas eran blancas. Entraron en el restaurante y se sentaron en una mesa a Lucas le llegó un mensaje del grupo que tenía con Olivia, Scarlet y Leila, Marco vió su fondo de pantalla, que era una foto de todo su grupo en carnavales y le dijo:
-¿El alien eres tú?
-Si, Hércules es Hugo, Mérida es Scarlet, Pitufina es Leila, Batman es Leo, el minion es Olivia y el conejo es Álex.
-Que guay, Álex ya me había enseñado algunas fotos, pero tú no salías, te queda muy bien ese disfraz, alien.
-Gracias, tengo que admitir que el mote me pega porque algo alien si que soy.
Ellos se rieron, siguieron hablando mientras miraban la carta y se pidieron dos hamburguesas y coca cola, mientras esperaban su comida y hablaban, Lucas le preguntó a Marco:
-¿En serio le has hablado a toda tu familia de mi?
Marco no le contestó y parecía que estaba un poco en un viaje astral, así que Lucas le llamó diciendo en broma:
-Tierra llamando a Marco, Marco regrese a la tierra por favor.
-¿Mm?
Lucas riéndose un poco y bromeando le dijo:-Te he hecho una pregunta, estás en la luna ¿o es que eres un astronauta ahora?
Marco se rió y dijo:-Estaba mirando la guitarra de aquella pared de allí, lo siento.
La señaló y Lucas dijo:
-No te preocupes, ah sí, qué chula, ¿te gustan las guitarras?
-Sí, la toco desde pequeño, ¿cuál era tu pregunta?
-Qué guay, te he preguntado que si enserio le has hablado a toda tu familia de mi.
-Si y no a la vez, simplemente les dije que tenía que venir Lucas, mi simpático compañero para hacer el trabajo de química.Lucas sonrió y de broma dijo:
-La ironía no es lo tuyo, astronauta.
Marco le miró, sonrió y le dijo:
-Tampoco lo tuyo, alien.
Después de cenar, Lucas iba a pagar, pero Marco pagó todo y dijo:
-Yo te invito.
-No hacía falta, pero gracias.Marco le guiñó un ojo y bromeando le dijo:
-Así ya tenemos una excusa para que quedes conmigo otra vez.
Lucas sintió cómo se sonrojó un poco y un cosquilleo le recorrió de pies a cabeza, pero sacudió esos sentimientos y luego Marco dijo:
-No hay nada que agradecer, será mejor que te acompañe a tu casa, está lejos de aquí y me da cosa que te vayas solo.
-No te preocupes, me voy andando.
-No, de verdad, yo te acompaño -le agarró del brazo suavemente, le miró a los ojos y dijo- insisto.Lucas miró la mano de Marco agarrándole suavemente el brazo, luego le miró y dijo:
-Bueno, vale.Marco le acompañó a su casa y pasaron por un parque caminando para llegar a la casa de Lucas y de repente él le paró y le dijo:-Ven, te quiero enseñar algo.Marco le siguió y él le llevó a un parque de niños, a un columpio y le dijo:-Mi abuela siempre nos traía a este parque a jugar y desde que murió me gusta venir por la noche a estar solo y pensar, igual que nuestra casa del árbol, que nos la construyó mi abuelo.Lucas se sentó en el columpio y miró hacia abajo, de repente Marcos se acercó y le dijo:-A mí también me gusta mucho ir al jardín de noche a sumergirme en mis pensamientos o simplemente a disfrutar de mi propia compañía.Marco se sentó en el columpio que estaba pegado al columpio en el que estaba Lucas, él miró hacia arriba, se miraron a los ojos y de repente Lucas besó a Marco, fue una especie de reflejo, pero cuando se dió cuenta, se apartó rápido, miró hacia el suelo avergonzado y sonrojado y mientras se levantaba para irse dijo:-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento Marco de verdad, ha sido un impuls...Marco no le dejó terminar y rápidamente le agarró la cara y le besó de nuevo, Lucas le devolvió el beso y después le dijo:-Entonces...-Si, se me olvidaba, Lucas Novoa, ¿quieres salir conmigo?-Que graciosito, pues me lo voy a pensar.-A ver si esto te lo aclara.Marco le besó de nuevo y Lucas dijo:-Yo creo que ya lo tengo un poco más claro, pero no del todo.Marcos se rió y le besó otra vez y Lucas dijo:-Ahora si que lo tengo claro, si, si quiero salir contigo, astronauta.Marco se rió ligeramente y luego se despidieron, Marco acompañó a Lucas a su casa y se fue. Lucas entró a su casa, se quedó apoyado en la puerta y soltó un suspiro soñador, Marco sonrió satisfactoriamente, se subió al coche porque su madre le había ido a buscar y se fue a su casa. Un mes después veremos como la tecnología y la física oficializarán su experimento químico.
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Contigo (📖)
Roman d'amourHermanastros que se odian, ella 16, él 17, ella es única y fuerte, él un amor y puede que a lo mejor un tonto con suerte y ambos con miedo al amor, con pasados tristes y oscuros y de dos mundos tan distintos, pero parecidos a la vez que no los pudie...