Mentiroso

787 90 21
                                    


—Joder... —gruño, dejando caer mi frente contra su pecho—. Eso es, bebé.
Toma esta polla.

—Dios, Jungkook tu polla es tan grande —jadea Dash mientras chupo su
pezón entre mis labios

—. Me encanta cómo me follas...

—Te amo cabalgando mi polla, jimin —Inclino mi rostro para ver cómo
se mueve, sentándose a horcajadas en mi regazo con mi polla metiéndose
profundamente en su culo.

—¿Te estoy haciendo sentir bien? —Su cabeza cae mientras agarro sus
muñecas detrás de su espalda, sosteniéndolas con fuerza y manteniéndolo en su lugar mientras gira sus caderas para trabajar mi polla dentro de él.

Es más que bueno...

Estoy a punto de estallar.

—Cariño, eres una revelación. —le digo, mirando su cuerpo esculpido de
curvas y líneas, la definición de los músculos en una exhibición tan
proporcionada. Físicamente no puedo quitarle los ojos de encima

—. ¿Te gusta montar mi polla?

Gime un sonido ronco, mordiéndose el labio mientras sus ojos se abren para
conectarse con los míos.

—Me encanta. Te amo profundamente dentro de mí...

Mi estómago da un vuelco ante las primeras tres palabras de esa oración.

Te quiero…

Empujándolo con más fuerza hacia mí, él se queja. Luego lamo una línea en
su cuello, saboreando la dulzura de su piel y la salinidad de su sudor. Dios, está
caliente. Me muero por entrar dentro de él, pero quiero ver su polla correrse
primero sobre nosotros.

—¿Sí? —canturreo, mordiéndolo una vez más, fuerte, hasta que jadea y su
polla se estremece visiblemente—. En el fondo de tu culo apretado...

—Tan profundo. —ronronea, rebotando sobre mí, su polla pesada, la piel
estirada, las venas empujando mientras sube y baja, golpeándome en el pecho.
Es malditamente irresistible. La punta está brillante con líquido preseminal,
lo que suele ocurrir cuando golpeo su próstata. Me impulsa a empujar hacia
arriba cuando él se mueve hacia abajo hasta que estamos trabajando a un ritmo
inmaculado.

—Estás tan apretado, jimin... —murmuro en su piel, perdiéndome en la
sensación—. Culito estrecho, dulce y cálido cabalgando mi polla.

Deja escapar un gemido ahogado y, de la nada, se encorva hacia adelante
para morderme el hombro.

—Jesucristo, ya voy... Joder...

Él sigue moliendo, todos mis centímetros dentro de él mientras su polla
palpita con semen por todo mi pecho y abdominales. Sin siquiera pensar, suelto
sus manos con una de las mías y vuela a su garganta.

Aprieto su pulso mientras llora, sin aliento, a través de su orgasmo, nuestros dedos entrelazados en su otra mano, detrás de su espalda.

Susurrando al lado de mi oído, susurra mi nombre, ronco y sin aliento, el
sonido del cual, mezclado con mi polla enterrada profundamente en él, me
enfurece.

Y me corro, disparando mi carga en su culo mientras lo abrazo fuerte.

Juntos parece que no hay suficiente aire en la habitación. Jimin está recostado contra mi pecho durante tanto tiempo, creo que tal vez se ha quedado dormido.

Pero luego levanta la cabeza y me mira, los ojos parpadean, el rostro con un rubor rosado que me recuerda lo perfecta que es su tez lechosa.

Levanto la mano para cepillarle el pelo con los dedos y él besa mi muñeca.

Prisionero de Tu Lujuria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora