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Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos son propiedad intelectual de Kōhei Horikoshi, el autor de la serie Boku No Hero Academia. La edad de los personajes ha sido adaptada y son mayores de edad. Este es un universo alterno sin quirks.






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Gotas de sudor caían por su piel nívea, dejando un rastro húmedo a su paso. Katsuki tiró de su cabello con desesperación, sintiendo todo su cuerpo caliente y agotado por el reciente esfuerzo físico. Trató de regular su respiración con inhalaciones profundas, sintiendo su boca seca y demonios, ni todos los ríos del mundo podrían satisfacer su sed.

— Kacchan, ¿estás bien? —preguntó Izuku a su lado. El rubio levantó la cabeza de las mantas y le envió una mirada estrecha.— ¿Tienes sed? —el peliverde se movió fuera del rango de visión de Katsuki, quien pudo escuchar el pequeño tintineo que hacía el hielo cuando chocaba con el vidrio.

Pasaron unos segundos en los que él rubio levantó sus brazos al sentir una pequeña corriente de viento. Fue corta como el infierno.

— Aquí, bebe esto —Izuku le tendió un vaso de agua saborizada con hielo. El rubio se lo bebió casi de un sorbo, sintiendose tan agradecido por el detalle.— Creo que deberías meterte al agua, estarías muchísimo más fresco —sugirió el peliverde acercándose al rubio. Ambos estaban recostados sobre unas mantas extendidas debajo de una gran sombrilla.

El sonido de las gaviotas, las risas y el murmullo de la gente a su alrededor, el fuerte olor a mar y un sol que parecía querer fundir el mundo con su calor.

Si, la pareja de oro había salido a vacacionar al mar. Y por un demonio que Katsuki se estaba arrepintiendo de ello.

Katsuki no era fanático de los climas secos y calientes, también detestaba la molesta sensación de la arena metiéndose entre los dedos de los pies y dentro de la ropa interior. Un viaje a la playa tenía escrito –mala idea– por todos lados, y, por algún motivo, decidió ignorar todo aquello y aventurarse. Maldijo el momento en que se puso la soga al cuello y saltó sin miramientos. Ya ni siquiera recordaba como demonios había aceptado este plan...

— El agua es tan refrescante y el mar es tan divertido. Mira, mira, encontré este cangrejito y estas conchas de mar —Katsuki aguardó en silencio y escuchó, mientras una mata de cabellos verdes revoloteaba cerca de su rostro. Izuku levantó su mirada y le enseñó la basura que tenía en sus manos con una emoción desbordante, como si hubiera encontrado alguna clase de tesoro; sus ojos parecían fuegos artificiales y la piel enrojecida de su rostro hacia contraste con el resto de su cuerpo.

Ah....

— Mira Kacchan, una gaviota — chilló otra vez emocionado el gigante hombre a su lado.

...cierto...

Sus labios se contrajeron en una mueca disgustada mientras seguía escuchando el parloteo incesante de Izuku. Era tan jodidamente infantil. Aún así, los ojos escarlata no se perdieron ningún detalle en su expresión, perdiéndose en la profundidad de los ojos esmeraldas. Como detestaba a ese idiota.

Si... lo detestaba. Sin embargo, Katsuki no pudo quitar sus ojos del rostro emocionado de su novio. Una pequeña parte de Katsuki –la parte ridícula– se alegraba de haberse dejado convencer de ir a la playa.

Con tal de ver esa sonrisa...

— Ven, necesitas bloqueador —fue el único momento en que Katsuki lo interrumpió, levantándose sobre sus rodillas. Izuku se acercó a su novio y se dejó tocar mientras continuaba con su cháchara sobre los animales marinos que había visto mientras se sumergía en las aguas profundas.

⋆≿⁞ꜜ Shameless [+18] ; dkbkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora