⋆≿⁞ꜜ Shameless [+18] ; dkbk

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[Palabras: 3k]
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos son propiedad intelectual de Kōhei Horikoshi, el autor de la serie Boku No Hero Academia. La edad de los personajes ha sido adaptada y son mayores de edad. Este es un universo alterno sin quirks.

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— Mierda, todo por tu puta insistencia en salir —reclamó Katsuki con agresividad observando el blanco paisaje exterior a través de los vidrios empañados. Tenía motivos y una justificación muy razonable para estar enojado, después de todo, él e Izuku habían quedado atrapados en el auto camino a comprar una figura de All Might que había salido a la venta esa misma mañana.

El auto estaba sumido en un silencio tenso. Katsuki hizo crujir sus dientes por la tensión ejercida. Tenía tantas ganas de explotar y quemar todo a su alrededor, especialmente a cierto peliverde, quien se encontraba anormalmente silencioso en su asiento de conductor.

— Jodida mierda —volvió a abrir su boca para soltar maldiciones cruzándose de brazos en su asiento.

Izuku, quien tenía su rostro enterrado en el volante del auto, lanzó un sorpresivo golpe al objeto en un intento de descargar toda su rabia contenida. Su rostro estaba contraído en una mueca de enojo y bueno... no era para nada extraño considerando lo freak que era. En su mente solo rondaban pensamientos sobre la figurita de acción que tanto había deseado comprar. Era una edición limitada y lo más seguro, es que, para este punto del día, estas se hubieran acabado.

Sus nudillos se volvieron blancos de la tensión que ejercían sus manos. No se dio cuenta, pero poco a poco el volante comenzaba a ceder ante su fuerza hasta deformarse, estaba a punto de romperse.

— ¡Cuidado imbécil! ¡Lo vas a romper! —gritó Katsuki lanzando un par de golpes al brazo del distraído peliverde. Izuku saltó en su lugar y soltó el objeto en cuestión de segundos, sobresaltado por su propia fuerza. Su rostro mutó del enojo al arrepentimiento en cuestión de segundos cuando él entendimiento llegó a su mente.

— Oh no, mi auto —chilló Izuku con su voz temblorosa. Katsuki soltó una risa burlona ante el patético rostro del idiota a su lado. Por un lado, sabía que el dinero para arreglar ese pedazo de chatarra saldría directamente de su bolsillo y eso apestaba. Pero, por otro... se sentía con todo el derecho a disfrutar el sufrimiento de Izuku y poco le importaba que fuera algo infantil.

Hay que entenderlo, él ni siquiera había estado de acuerdo con salir con el clima así de malo –estaba nevando– y, sin embargo, terminó atrapado dentro de un auto descompuesto, en medio de una gran nevada. Era un mal día para ser el novio de un cabezón como Izuku.

— Kacchan, no es gracioso, no te rías -—reclamó Izuku inflando sus mofletes infantilmente y lanzándole una mortal "mirada asesina". Eso solo lograba hacerlo lucir aún más ridículo. Tenía un rostro con facciones muy suaves y dulces como para lucir intimidante cuando miraba mal a alguien. Era como ver a un tierno conejo de felpa tratando de lucir intimidante y rudo.

— ¿No puedes pasar ni cinco minutos sin destrozar algo, manitos de hacha? La grúa ya viene en camino, solo asegúrate de dejar algo de auto que ellos puedan llevarse —soltó con desgano, desparramándose desordenadamente en el asiento del copiloto.— Será mejor que empieces a rezar para no morir congelado.

Izuku tenía la mala costumbre de romper todo lo que tocaba. Katsuki a menudo lo llamaba por el apodo "manos de hacha" por eso mismo, a modo de burla por lo destructivo que llegaba a ser. Esto era algo que Izuku realmente odiaba. Después de todo, no era su culpa ser un poco distraído; a veces simplemente se encerraba en sus pensamientos y no lograba medir la fuerza que empleaba para manipular los objetos.