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Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos son propiedad intelectual de Kōhei Horikoshi, el autor de la serie Boku No Hero Academia. La edad de los personajes ha sido adaptada y son mayores de edad. Este es un universo alterno sin quirks.

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Risas, voces murmurando discretamente, el tintineo de los hielos dentro de las copas y el ruido de los tenedores y cuchillos chocando con los platos… tal y como se veía, el restaurante estaba bastante concurrido esa noche de viernes.

Sin embargo, el rumor del ambiente había pasado a segundo plano tanto para Katsuki como Izuku, quienes se enfrentaban cara a cara, separados por una elegante mesa dispuesta para cuatro. Esta podría haber sido una maravillosa noche para compartir entre ambos, más, se encontraban enredados en una pequeña situación de la que no podían escapar. Una muy incómoda, siendo sinceros.

Por ahora, lo único que podían hacer es enredarse entre miradas y esperar a que el tiempo siguiera su curso.

— ... y entonces, Harumi tuvo que correr detrás de la novia, pobrecita. Había estallado en lágrimas en el momento en que vio a su futuro marido liándose con su dama de honor en la suite nupcial — había dos mujeres sentadas en la misma mesa que ellos y una de ellas, al parecer, había dicho una broma porque ambas comenzaron a reír a carcajada limpia. Ellas eran las protagonistas de la noche y había que darles crédito por haber acarreado la velada con su parloteo incesante, llenando así todos los momentos de silencios incómodos. En definitiva, tanto Izuku como Katsuki no habían contribuido mucho para hacer de esta “cita” algo más llevadero e interesante.

Dios, estaban haciendo todo mal. Se supone que la situación debería ser totalmente lo contrario; ellos tendrían que estar hablando y coqueteando con ellas. ¿Cuál era el punto de estar ahí si no podían jugar bien su papel?

Estaba distraído. Izuku debía reconocerlo. Pero no era el único distraído allí.

Alzó su copa y bebió un largo trago del champagne, sin romper conexión con la mirada de Katsuki. El licor acarició su lengua y luego bajó por su garganta reseca. Mierda. Izuku no se perdió como los ojos del rubio siguieron el movimiento de la manzana de su adán; de pronto, Katsuki lucía como si quisiera lanzarse a su cuello y morderla. Y demonios, Izuku estaba totalmente dispuesto a dejarlo hacerlo.

Ambos estaban bastante jodidos, cada uno perdido en sus pensamientos sucios, pero luciendo tan malditamente tranquilos e indiferentes en el exterior.

Ninguna persona jamás podría adivinar que Izuku se imaginaba empujando al rubio sobre la mesa y quitando cada una de sus prendas, lentamente, hasta que todo su cuerpo esté expuesto ante él. La piel lechosa de Katsuki resaltando contra el mantel burdeos, luciendo tan jodidamente apetecible, con su dulce boca abierta mientras jadeaba sin aire por su tacto. Izuku le daría, como siempre, lo que él quería, justo como su jodido instinto dictaba.

Complacer a Kacchan, sí, jodidamente correcto.

Así que sus manos trabajarían sobre la piel nívea del rubio; lo haría tan bien, hasta marcarla. Marcaría sus dientes en su cuello, enterraría sus dedos en los huesos de su cadera y luego en la carne de sus muslos, tan fuerte hasta dejar moretones que no se borraran con el paso del tiempo; Izuku no descansaría hasta ver cada centímetro de la piel de Kacchan adornada, como un hermoso lienzo para exponer su arte.

Si Kacchan tan solo supiera el tren de pensamientos sucios en su cabeza…

Izuku tensó su mandíbula.

Sus encías picaban en su boca, quería morderlo tan mal.

— Esta clase de dramas son bastante comunes, contrario a lo que uno pensaría. Puedo decirlo en base a mi propia experiencia como organizadora de bodas — Izuku parpadeó, cayendo de golpe de vuelta a la realidad. Sintió el tacto de una mano pequeña alrededor de su brazo y luego, tiraron ligeramente de la tela de su traje. — ¿No te resulta interesante, Midoriya-san? Los secretos desvelados, el teatro que se forma en esos momentos...

⋆≿⁞ꜜ Shameless [+18] ; dkbkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora