No dejes que te descubran Precuela

Nace una amistad

Oyakata, le envía un breve mensaje como respuesta.

Querido Kyojuro:

Cultivar una amistad, es importante.

otorgando así el permiso a Kyojuro para que utilice al cuervo como su mensajero y mantenerse comunicado contigo, este donde esté.

La nota lo alegró, por lo que después de supervisar la práctica de su hermano decide escribirte. Llamo al cuervo y le indico que lo siguiera ya que quiere enseñarle una dirección a la cual debe enviar estás cartas.

Avisa a su hermano que saldrá un momento, pero está vez va vestido como un ciudadano normal, camina hasta el frontis de la finca donde vives, para su suerte estabas muy arreglada en la puerta, con un gesto de mano el cuervo se posa en el hombro de Kyojuro, observa, le dice, la chica de la puerta, ella será siempre la destinataria, se llama Yoshida TN.

El cuervo grazna agitando sus alas entendiendo el mensaje.

Escuchas un graznido y levantas la mirada, vez a Rengoku, lo saludas, con una sonrisa sin moverte mucho del lugar.

Él envía al cuervo con una carta que sostiene en su pico. El cuervo vuela hacia tu persona y Kyojuro hace un gesto que levantes tu brazo.

Entiendes y al hacer esto, suavemente el ave se posa en él y tomas la carta, muchas gracias le dices al cuervo, quien te agita las alas y emprende el vuelo hasta donde se encuentra Kyojuro.

Guardas entre tus ropas el mensaje, y asientes con la mirada, él te sonríe de vuelta y regresa a su casa.

Regresas a tu pieza algo nerviosa, ibas a sacar la carta, cuando aparece la prima viendo si estabas presentable.

Al verte reparó en que debías maquillarte un poco, debes lucir bien, mi primo realmente gasta mucho en tí.

Lo haré, estaré lista en un momento. Respondes guardando la calma.

Ella hace un gesto de superioridad y sale de tu cuarto.

Suspiraste tristemente, ojalá tu prometido ubiese rechazado la invitación, diciendo que tenía alguna reunión importante con algún canciller.

Tomas la carta y la guardas en un cofre que manejas con llave.

La leeré más tarde Rengoku San, murmuras, quizás me ayude a soportar el día que he tenido que soportar hoy.

Buscas tu espejo, y de un cajón sacas maquillaje, te alistas sin ganas, pero luces presentable.

La señora Yamada toca tu puerta avisando que tú prometido ya está en la casa hablando con tu Padre, y solicitan tu presencia.

Yamada San, dices, como me veo.

Mi niña luce muy hermosa, pero su mirada está llena de tristeza, trate de animarse un poco.

Muchas gracias, Yamada San, contestas de manera serena, dirigiéndote a la sala donde están ellos esperándote.

Te anuncias al llegar, al verte tu padre sonríe .

Mientras tú prometido dice, valla esa es mi futura esposa, luce como una princesa.

Para caer en gracia, con tu padre.

Actúas como si te agradara el cumplido, y te sientas al lado de él.

La tarde noche, paso muy lenta para tí, realmente querías salir corriendo del lugar

Durante la cena, la prima de él comentaba elogios de ti, en tu interior sentías una rabia enorme, ella jamás ha sido amable, es más solo te ve como una carga.