𝙻𝚊́𝚐𝚛𝚒𝚖𝚊𝚜 𝚢 𝚕𝚕𝚊𝚗𝚝𝚘
⚠︎𝐇𝐨𝐧𝐝𝐮𝐫𝐚𝐬 - 𝐑𝐮𝐬𝐢𝐚⚠︎
𝐃
𝐀
𝐂
𝐑
𝐈
𝐅
𝐈
𝐋
𝐈
𝐀Rusia siempre iba a tener un pensamiento firme y en juego respecto a Honduras.
Era hermoso y caliente cuando lloraba.
Le encantaba ver a su esposo llorar, le parecía tan... angelical; le calentaba verlo llorar. Pero más le encantaba era verlo llorar mientras su pene se enterraba en él, abusando sin pudor alguno de ese hoyito, crear heridas por todo el cuerpo y verlo llorar, llorar de placer y mayormente de dolor; ¡Joder!, Quería ver sangre brotar de ese cuerpo, para luego escucharlo llorar, gritando que por favor pare, que le está doliendo.
No podía evitar imaginar y recrear las horas de sexo que tenía con su esposo; se masturbaba al recordarlo llorar y suplicar del dolor bajo suyo. Aunque también le gustaba ser cauteloso y suave, tampoco era un desgraciado.
Esa noche, después de una jornada larga y tediosa en su trabajo, se dirigió rápidamente a su cuarto; encontrándose con su esposo dormido en medio de la gran y cómoda cama.
Era un pequeño bulto protegido por la suave cobija encima de él, tranquilo y sereno en brazos del dios Morfeo.
Fue despojándose de su ropa mientras caminaba a paso decidió hacía Honduras, dejando consigo solo su ushanka y su bóxer.
— Bonito. — fue dejando por todo el rostro de Honduras besos, en busca de despertar a su pequeño esposo.
Tenía pocas energías y la que le quedaba la quería agotar con su esposo, para después de varias horas de acción mimarlo y consentirlo.
— ¿Huh~? — hacía movimientos lentos con sus brazos, tratando de buscar otra posición para volver a dormir.
— Bonito, levántate, es temprano todavía. — sus manos viajaron por debajo del cálido suéter azul pastel que llevaba Honduras, mientras sus besos se iban deslizando por todo el cuello del lechoso.
— Ah~ —
El primer gemido de parte de Honduras hizo calentar a Rusia, quien empezó a dejar besos más húmedos en esa zona.
Soltó una risa al ver cómo cierto bulto empezaba a sobresalir del buzo que portaba el de Rubíes, a veces se olvidaba lo sensible que puede llegar hacer Honduras al tacto.
— Vamos, Bonito, sé que estás despierto... ¿podemos? — encarceló las manos de Honduras para acomodarse arriba de este y mirarlo fijamente, muriendo de ternura al verlo abrir con pereza los ojos.
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ғᴇᴛɪᴄʜɪsᴍᴏ [VOL.I]
Fanfiction𝗛𝗼𝗻𝗱𝘂𝗿𝗮𝘀𝗫𝗔𝗹𝗹 Que tan raro pueden llegar a ser los Fetiches y como actúan los individuos.