Dormí sólo cuatro horas antes levantarme para alisterme e ir a la preparatoria.
Desayune con prisa y salí casi corriendo de casa. Estaba emocionada. Por fin podría declararme.
Ni siquiera lo imagine.
Pero no importa, quiero hacerlo. Mi decisión ya estaba tomada y mis sentimientos ya estaban escritos.
Tampoco negaba que está acción me asustaba. Pero por las circunstancias creo que es normal.
Entregar tu corazón es un riesgo que en este punto ya he tomado.
Que nervios, quién me gusta lo sabrá.
Y no puedo estar más orgullosa de mí.
ESTÁS LEYENDO
Isabella: El día que perdió su carta | COMPLETA
NouvellesIsabella ha estado enamorada de alguien, pero no quiere decírselo, porque tiene miedo a ser rechazada. Pero cuando su mejor amiga la insulta y le dice que es una cobarde que tiene miedo arriesgarse, algo dentro de ella le dice que es cierto, que lo...