Capitulo 3: Las nuevas personas causan terror

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Shoto habia despertado de malas, su novio se tuvo que ir temprano para el trabajo debido a que uno de sus pacientes tuvo un percance en el centro y solo el podía atenderlo. Así que ese dia su mínima rutina cambio, si bien con el paso de esos tres años desde que conoció a Bakugo había cambiado sus estrictas rutinas, seguían allí, existiendo, y aunque parecieran minimidades, para el eran de suma importancia. Y una de ellas era desayunar junto al rubio, discutir en el baño por que el movía el cepillo de dientes era regular, o por que doblaba las toallas sin dejarlas secar bien, no podía evitarlo ¿por que dejarlas todas desordenadas colgadas a un lado? La simple imagen le causaba disgusto.

No tenia clases hasta después del medio dia, sus horas de las mismas coincidían con el horario de trabajo de Katsuki, así era mas fácil coincidir en sus dia a dia, ya se encontraba cursando su tercer año de universidad, había logrado ir con mas regularidad a presentarse, algunas veces ocurrían percances pero nada demasiado problemático.

Miro el reloj sobre la pared dejando escapar un suspiro antes de levantarse de la cama, por que si, desde que se habían mudado juntos cambiaron el dormir en futones por camas, y el bicolor admitía totalmente que era muchísimo mas cómodo para el, le gustaba la suavidad de esos muebles comparado a dormir en un futon, que de vez en cuando aun hacia, cuando tenia minimas discusiones con su pareja y era tanto su berrinche que decidía dormir en la habitación de invitados.

Aunque eso no ocurria regularmente, Bakugo era demasiado bueno, demasiado blando, demasiado cuidadoso con el.

Suspiro caminando por el largo pasillo del departamento mientras tallaba uno de sus ojos dejando escapar un bostezo cansado, eran las 10 de la mañana, seguramente el mayor habría dejado echo el desayuno, almuerzo y además un bento para el, estaba seguro de ello. Entro al baño donde se miro fijamente en el reflejo del espejo antes de agacharse y lavar su cara soltando un quejido cuando sintió el frio de la misma le impacto al caerle encima, seguramente Bakugo se acabo el agua caliente esa mañana Y de eso se quejaría después.

Tardo un rato encargándose de lavar bien su cuerpo hasta sentirse satisfecho de que estaba lo suficientemente limpio, se seco y coloco algo de ropa comoda para ir a clases mas tarde, se encaminó hasta la cocina donde se encargo de calentar en el microondas la comida, al principio solía ser un total lío cuando el tenia que quedarse solo y encargarse de calentar su comida, casi siempre terminaba con sus almuerzos fríos al no querer tocar el electrodoméstico para dejarla caliente ya que él sonido que producía le ocasionaba malestar, pero conforme los meses pasaron incluso el sonido le era relajante.

Bakugo solía encender el microondas cuando estaba estudiando para relajarlo, aun si eso conllevaba un aumento en el pago de la electricidad.

El chico lo mimaba demasiado, Nemuri ya le había regañado al respecto y a Todoroki por lo mismo, ya que acostumbrar al menor a que todos esos caprichos se cumplirían con sólo pedirlos no era correcto y solo lo estarían malacostumbrando, aun así en secreto de vez en cuando Katsuki seguía encendiendole el microondas mientras hacia sus tareas, y Shoto se comprometia a no contarle a la doctora Nemuri, aun si no le gustaba mentir y era demasiado honesto se esforzaba por guardar el secreto de que a que novio le encantaba cumplirle caprichos banales como ese.

Después de tomar su desayuno se dedico a ver su programa favorito, o mas bien los capítulos que Bakugo se encargaba siempre de grabar para el. Pasadas las horas tuvo que prepararse para partir a la universidad, estando listo comió su almuerzo y tomo su bento.

Camino por los pasillos del edificio donde vivían bajando por las escaleras ya que aun si llevaban un tiempo viviendo alli seguía sin soportar del todo el elevador, aun trabajaban en eso, saludo a algunos de sus vecinos con un simple movimiento de cabeza, todos estaban conscientes de su autismo  y se habían comprometido en ser cuidadosoa al tratar con el, claro había excepciones pero en su mayor parte todos sus vecinos se vieron muy amables con el bicolor.

Dulce Amor [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora