Misterio

3 1 0
                                    

Adam

Creo que nunca pensé en presentarme pero en fin, porque habría de temer. Me llamo Adam Miller y pues...vivo con mi padre ya que no he tenido la euforia de poder haber visto a mi madre en mi puta vida, lamentablemente mi madre murió en un secuestro que me intentaron hacer cuando tenía tan solo 5 años aunque no recuerdo muy bien ese entonces, y si es obvio que no me iban a intentar secuestrar sin saber q tenia algo de valor, pero no era mi caso yo tenía mucho más, era uno de los más ricos del país, pero aquello no servía para nada, el dinero nunca compró mi felicidad y al parecer la de mi padre tampoco. Todo lo que veía en cada joya era a mi madre porque todo lo que tenía era por ella aunque nunca supe como lo consiguió, pero nunca importó.
Últimamente mi padre ha estado raro, bueno, no me refiero a lo de estar borracho o drogado las 24 horas del día porque eso ya era costumbre sino que era algo más, pero algo más que no sabía.
- Hicistes lo que te pedí- dijo el inmaculado por teléfono mientras le daba una calada al cigarrillo, parecía tenso. Por mala suerte no se podía escuchar nada al otro lado de la línea, estaba un poco alejado de mí, por lo menos lo suficiente.
-Te llamo luego-dijo verificando si había alguien escuchando y si, pues me vió a mi pero yo enseguida cogí mi chaqueta y salí de la casa.
Camine sin rumbo por un buen rato hasta q decidí ir a mi lugar secreto, el lugar de relajación, el que nadie sabía excepto yo.
Lo descubrí cuando tenía 10 años en un desesperado intento de desaparecer, de alejarme de la realidad y funcionaba ahí aunque no fuese para siempre porque por mala suerte en esa realidad ya estaba metido hasta las narices. Después de la muerte de mi madre todo cambió, hasta las cosas en la escuela. Mis compañeros se reían de mi apodándome como "El niño huérfano", apartir de ahí empecé a desconfiar de las personas, no le entregaría mi corazón a alguien que no lo supiera apreciar y después de correr y correr, estaba ahí, en el lugar más hermoso que había visto nunca. Era una calle no transitada, raramente veías un alma por aquí excepto la mía. A lo lejos se veían las montañas tan altas como si se perdiesen en las nubes y al enfocar tu vista hacia abajo podías admirar un bello lago en el que a cada rato me solía bañar, era un lugar q contagiaba paz y serenidad
El día parecía que iba a llover pense mientras caminaba rumbo a mi destino y aún asi no me importaba, me encantaba la lluvia, creía que ahí podían pasar las mayores casualidades de la vida, mi mundo era frío, estaba acostumbrado a las terribles noches en vela, los cigarrillos apagados en el sueño debajo de mi sillón de pensar junto a la botella de los "hazme olvidar" que terminan en "quiero recordar".
En la calle me rodeaban demasiadas personas pero me sentía completamente solo hasta que alguien cualquiera me demostró que nunca estaría solo. Una terrible loca que se acababa de tropezar con algo o se resbaló, ni se, no me dio tiempo a pensar porque en menos de dos segundos ya estaba junto a mi, primera persona que dejaba acercarse tanto a mi aunque todavía me tenía muy lejos. Creo que fue mi instinto rápido el que fue a agarrarla, pero cuando mis ojos se fijaron en su carita juro q se me olvidó todo. Parecíamos dos polos opuestos, su cabello dorado con betas rojizas revoloteaba entre mi mano, era suave. Sus ojos no se quedaban atrás eran carmelitas claros y por momentos parecían amarillos, eran tan sinceros y perfectos. Tenía unos cachetes rosaditos y gorditos, juro que no habia ni una gota de maquillaje en ella, es más ni lo necesitaba.

-Ten más cuidado mujer- dije aun no pudiendo pensar bien mis palabras -¿Estas bien?- me preocupe por ella sin conocerla, hay algo de ella que me atrae y me lleva a querer cuidarla. Siento como si fuera un pequeño diamante en medio de una multitud que la cotiza y es capaz de todo por ella.
- Estoy, emm, creo que bien- parecía intimidada o no se sinceramente. Quería conocer más de ella, pero no en esta situación, ahora tenía que desconectar del mundo.
-Cuidate mejor ok, adiós- no sabía si me haría caso pero lo necesitaba. En otra situación pensaría que no nos reuniríamos de nuevo, pero tengo fe, ya que repito, bajo la lluvia pasan las mayores casualidades de la vida, y a esa chica que ilumina todo no le quiero dar un papel parcial en mi vida.
No tarde mucho en llegar a mi lugar, en donde podía ser yo y no tenía que camuflagearme con una máscara entre las personas. A pesar de que fuera un suceso triste en mi vida, la perdida mi madre Lucia, me había dado a entender que el mundo no soporta a los que son diferentes a ellos. Para todos existen los colores, para mi eran estereotipos que se inventaba la gente para decir que aceptaban la variedad cuando en realidad nunca ha sido así. Mi mundo era muy solitario. Un ruido me despertó de mi ensoñamiento, el sonido de un móvil que sonaba como... El de mi padre. Su auto conducía por esta carretera solitaria y no parecía estar acompañado, lo que si parecía era que estaba totalmente desesperado en llegar rápido a no se cuál lugar. Esto no ayudaba en nada a mi pensamiento de q andaba raro, al contrario me aumentaba mis sospechas.¿Porque mi padre conduciría por esta carretera, a las 11 de la noche, pudiendo tomar otras?¿No quería ser visto? Que carajos pasaba aquí.
Me quede un rato más embobado con el paisaje y luego decidí irme a casa. Lo de mi padre Isaac Miller, no me dejó aprovechar el rato muy bien,pero aún con mi cabeza andando quería regresar antes que Isaac. Quería averiguar que había tras ese comportamiento extraño de hace más de unos meses, no se como pero lo descubriría.

Un pedacito de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora