DANIEL
- ¡Hoy es sábado y el cuerpo lo sabe! - grité cuando entré a despertar a Isabella - ¡Levántate!
- Déjame dormir - me dijo ella cubriéndose el rostro con la sábana.
- No, me haces el favor y te levantas - le dije sentándome a su lado - ya va a ser la una de tarde, así que...¡LEVANTATE!!
- Bueno, ya voy, pero deja de gritar - me dijo soñolienta.
- Mira, Laboratory lanzó un nuevo producto - le dije a Isabella mientras desayunaba - son androides para uso personal - le mostré un anuncio desde mi celular.
- Wow, que lindos - me dijo con brillitos en los ojos, se nota que le gustaron.
- Si, ¿Verdad? - le dije buscando más diseños - lo mejor es que lo puedes pedir con el aspecto que quieras.
- ¡¿En serio?! - dijo acercándose a la pantalla de mi celular - yo quiero unooo, pero debe costar un montón.
- La verdad no - le contesté - valen al rededor de un millón de pesos, es decir, que hay celulares que tienen un costo mucho más alto que estos androides.
- Vaya...me parecen muy baratos - dijo Isabella un poco "desilusionada" - por algo deben tener ese precioso, tal vez no sean tan buenos.
- ¿Quién sabe? - le dije - lo unico que sé, es que me voy a comprar uno de esos, no sé cómo, pero lo voy a comprar, vas a ver.
- Si, ajá - me contestó mientras se dirijía a la cocina. Yo aproveché para llamar a Sasha, desde el jueves no he hablado con ella.
- Hola Sasha...¿Qué pasa? No te ves bien - le pregunté, al parcer había estado llorando.
- Hola, no es nada, no te preocupes - me dijo sonriente.
- Vaya pues, Axel dos - le dije, porque claramente no estaba bien - Espera me baño y voy a tu casa, para que me digas que te pasa.
- Lo digo en serio, no es necesario que vengas - dijo ella
- ¿Segura? - a lo que contestó con un "mmjum" - está bien, de todas formas, quiero ir a visitarte.
- Tan lindo tu - me dijo contenta - si quieres ven, sabes que por mí no hay problema.
- Okey, entonces llego en un rato...- le dije, aunque como de constumbre fuí interrumpido por alguien.
- ¡¡Ahí hay amor!! - gritó Isabella saliendo de la cocina.
- ¡Mentira! - dijo Sasha inmediatamente.
- Jajaja ¿Cómo estás Sasha? - le preguntó Isabella apoyándose en mi hombro.
- Excelente - le respondió ella - oigan, ¿Ya vieron los robots de Laboratory?
- Si, están hermosos, ¿No? - le dije.
- Ajá, ¿Les parece si vamos a ver algunos en la tienda? - nos preguntó Sasha.
- ¡Claro que si! - le respondimos al mismo tiempo.
SASHA
Estaba sentada en una de las sillas de la cafetería cerca de mi casa, en eso llegaron Isabella y Daniel, muy bien vestidos como siempre.
- Buenas, llegaron los más lindos de esta ciudad - dijo Daniel mientras se sentaba en una la sillas que habían en la mesa donde yo estaba.
- No te pongas muy cómodo, nos vamos enseguida - le dije mientras me levantaba.
- Ahhh ¿Por qué siempre eres así? - me preguntó Isabella sentándose en una silla.
- Porque no soy asao, ¡Vamos! - les dije para luego irnos. En los edificios con pantallas se podían ver muchos anuncios del producto, en la mayoría de ellos aparecía una robot con un cristal en la mejilla, creo que es la más representativa.
- ¡Miren, esa chica tiene un androide! - dijo Isabella mientras corría hacia el robot con apariencia de chico - Hola, que lindo androide tienes.
- Muchas gracias - contestó el robot, tenía los ojos rojos, el cabello un poco largo de color café y unos cuantos mechones de color rojo, era bastante alto; actuaba como un ser humano normal, ni siquiera parecía un robot, está claro que están bien hechos.
- Hola, perdón por la molestia, ¿Cuánto te costó? - le preguntó Daniel a la chica, mientras Isabella hablaba tonterías con el robot.
- Un millón quinientos - le contestó ella.
- Ahh gracias - le dijo él, tomó a Isabella del brazo y la jaló, porque estaba claro, que si fuera por ella, siguiera hablando con el chico androide. Al llegar a una de las tiendas de Laboratory, vimos androides de todo tipo, algunos en funcionamiento y otros apagados, incluso los que atendían en la tienda eran androides.
- Miren, que cosita más linda - dijo Isabella admirando a otro chico robot.
- Si, está lindo... - le dije mirándolo, en ese momento el androide abrió los ojos repentínamente.
- ¡Ayúdenme! Por favor - nos dijo asustado - ¿Acaso no se dan cuenta? ¡Soy un ser humano como ustedes! ¡¡Saquenme de aquí por favor... - se le abalanzaron encima algunos de los androides que estaban acargo en la tienda, uno de ellos lo apagó desde la parte de atrás de su espalda.
- Tranquilos, solo fue una falla del sistema, no tienen por qué preocuparse - dijo uno de ellos, mientras los demás se lo llevaban; me miró fijamente a los ojos y luego sonrió, me dió un escalofrió en el cuerpo.
- Bueno, yo me largo - dijo Daniel caminando hacia la puerta.
- ¡Oye, espera! - le dijo Isabella corriendo para alcanzarlo, yo los seguí luego de unos segundos.
- ¿Estás bien? - me preguntó Daniel camino a casa - te ves asustada desde que salimos de la tienda.
- Si, estoy bien - le dije con una sonrisa - es solo que la mirada de ese androide me recordó mucho a la mirada de...la cosa que se me aparece en el espejo jeje.
- Bueno, si ese es el caso, hasta yo fuera asustado - me contestó.
- Sasha, veo que tienes muchas vendas, además de la que llevas en el rostro - me dijo Isabella.
- Ahh sí... - le dije - ...es solo que la cosa esa siempre que puede se aparece y me corta, más que todo por las noches.
- ¿Entonces aún lo ves? - dijo Daniel con la mirada triste.
- Lástimosamente sí... - le contesté - cuando me llamaste hoy en la mañana se me apareció, no me hizo nada, pero me dijo que mi vida no pasaría de esta semana...
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cristal de laboratorio
Science FictionIsabella es una chica de undécimo grado, que trata de gustarle a Axel, el chico nuevo de la escuela, con la ayuda de su mejor amiga Sasha y su hermano Daniel. Mientras tanto en la ciudad empiezan a suceder cosas extrañas.