ISABELLA
Ya ha pasado más de un mes desde la muerte de Sasha...al principio mamá y papá no lo asimilaban, pero ya se están aconstumbrando a la idea de no volverla a ver; por otro lado, Daniel llora todas las noches, se aferra al cristal que Sasha le entregó y luego de un rato se queda dormido, todas las noches es así, aunque cada vez lo hace con menos frecuencia. La señora Hoshi y Kumi han logrado seguir adelante, hace unos días hicimos un altar para Sasha en la sala de su casa, cada que podemos vamos a rezar y a contarle una que otra cosa que nos haya sucedido hasta el momento, tal cual como si ella siguiese aquí; en la escuela también le hicimos una especie de despedida, me gusta la idea de que ella sea importante para muchos. Y Axel...pues esa es una larga historia.
- Bueno, sabía que este día llegaría - nos dijo Axel terminando la llamada con su padre - me preguntó dónde estoy y por qué no regresé a casa en este tiempo, claramente le dije que no era de su incumbencia, pero estoy seguro que en unos dias sabrá que estoy con ustedes.
- Ahora que lo pienso - le pregunté - ¿Cómo hiciste para traer casi todas tus cosas sin que tu padre se diera cuenta?
- Fácil, solo entré en el tiempo en el que sé que no estará en casa - contestó Axel - ya sea su horario de trabajo o porque tiene que hacer otro tipo de cosas.
- Eso fue ingenioso - le dijo Daniel - Bueno ¿Cuándo lo vamos a demandar? Tenemos a mis padres como abogados.
- No sé, tenemos que hablar con ellos primero - dijo él pensativo.
- Sí, es cierto... - agregó Daniel - oigan, ya van a ser las 7:45 am, deberíamos irnos ya para el cole.
- Yo pensé eso antes de que tu lo dijeras - les dije mientras salía de la casa, caminando tan rápido como siempre.
- ¡Oye, ¿No piensas esperarnos?! - me gritó Axel desde el interior de la casa.
- Caminen rápido - les reproché mientras me alcanzaban a toda prisa - siempre llegamos tarde porque ustedes caminan demasiado lento y hoy no pienso esperarlos.
- Está bien - dijo Daniel - trataremos de caminar más rápido hoy.
- Vieron, llegamos cinco minutos antes de que sonara el timbre - les dije entrando al salón de clases - si tan solo todos los días caminaran así.
- Ufff no entiendo cómo es que no te cansas... - se quejó Daniel lanzando su mochila en el asiento - me duelen los pies, las rodillas, las piernas y podría seguir, pero..¡UF! estoy muy cansado.
- Tu resistencia es de 0,0001% - le dije, dándole un golpecito en el hombro - mira, Axel ni siquiera se está quejando...
- Si de verdad existe un Dios...¡¡LLEVAME CONTIGO!! - grito Axel alzando los brazos, creo que no debí hablar - ¡Los pies me están matando!!
- ¿Tu también? - dije lanzando un suspiro - Sasha, ¿Cómo hacías para soportar a estos dos?
- Buenos días muchachos - dijo el profe de informática entrando al aula de clases.
- Eran buenos... - murmuró Daniel sentándose en su asiento, desafortunadamente detrás de mí, es decir, donde se sentaba Sasha.
- Antes de empezar la clase quería recordarles algo - comentó el profe encendiendo su portátil - reduerden que el idiota grita, el inteligente opina y el sabio calla - todos se quedaron callados inmediatamente - ¿Hay tarea para hoy?
- ¡No! - dijeron todos al mismo tiempo.
- ¡SI HAY!! - gritó Sebastián en el fondo, inmediatamente todos le lanzaron bolsos, cuadernos, entre otras cosas - mentira profe, no hay - dijo él a duras penas bajo la pila de cosas que le habían lanzado.
- Sebastián, cállate o serás idiota - le dijo Daniel.
AXEL
- Chicos, miren - les dije mostrándoles mi celular de camino a casa - arrestaron a uno de los creadores de Laboratory, por haber perjudicado a muchas personas con sus androides.
- ¿De verdad? - dijo Isabella sorprendida.
- Si, al parecer se dejaran de producir androides - dije contento - aunque tal vez eso no sirva de nada, porque más de la mitad de la población mundial ya tiene un androide.
- Es cierto - agregó Daniel - pero al menos dejaran de desaparecer personas...
- El auto de mi padre... - dije frenando en seco, en la entrada de la casa de Isabella estaba el auto de mi padre, claramente yo no lo había usado desde hace más de un mes, así que el auto está aquí por una sola razón...
- Por fin te apareces - dijo él saliendo del auto.
- ¿Ese es tu papá? - preguntó Isabella.
- Sí, yo soy su padre - contestó él poniendo su mano en el rostro de Isa - supongo que tu debes ser la linda Isabella.
- ¡Quita tu sucia mano de su rostro! - le dije fulminante.
- Tranquilo - contestó mi padre con un tono burlesco - no le voy a hacer nada.
- Necesita hablar con Axel, ¿No es así? - dijo Daniel - Entre, mi casa es su casa.
- Al fin alguien con modales - respondió él entrando a la casa - ¿Podrían dejarnos solos? - les dijo a los hermanos, los cuales se dirigieron a su habitación.
- ¿Qué sucede? - le pregunté sentándome en un extremo del sofá.
- Te he llamado todos estos días... - empezó diciendo - creo que ya sabes por qué, siempre colgabas en medio de las llamadas y la mayoría las rechazabas, jeje al parecer no has aprendido.
- ¡Me crees idiota! - le dije firme - ¿Por qué contestaría tus llamadas? Solo llamabas para insultarme, además, si piensas que volveré contigo...estás muy mal, no regresaré ni en mis peores pesadillas, y perdón que lo diga, pero ¿Sólo me buscas porque extrañas maltratarme o por qué? Dime, ¿por qué?
- ¡Maldito infeliz! - dijo poniéndose de pie y mirándome con el mismo odio de siempre.
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cristal de laboratorio
Fiksi IlmiahIsabella es una chica de undécimo grado, que trata de gustarle a Axel, el chico nuevo de la escuela, con la ayuda de su mejor amiga Sasha y su hermano Daniel. Mientras tanto en la ciudad empiezan a suceder cosas extrañas.