"...No me resta interés su verdadero yo, al contrario, me llena por completo, si supiera lo que estoy pensando, se daría cuenta que es el sinónimos de la palabra 'amor', o que es el significado a lo mejor, no lo sé, lo único que me permito saber en estos momentos es que solo quiero besarlo, sólo quiero que levante mi vestido y me haga suya milord, y que me lo repita al oído una y mil veces, que soy suya..."
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-¿esta mirándome a mi señorita...? - sonrió acomodándose a mi lado, esperando que le comenté mi nombre.
-Longford, Señorita Vanessa Longford - le devolví la sonrisa mirándolo a los ojos - y si, lo miraba a usted, Lord...
-Lord...
No terminó de decir su nombre, sólo posó su mano sobre mi mejilla y se acerco lentamente mientras miraba mis labios y cerraba sus ojos, mi respiración se agitaba, y cada vez lo veía mas cerca, tome la iniciativa de acercarme más hasta que su mano me tomo por la cintura acercándome a el y cerré por completo mis ojos.
Lamentablemente mi sueño fue interrumpido, abrí mis ojos y caí en la realidad, estaba agitada y un poco sudada, no era para menos, ese hombre de la plaza había desordenado mi mente, no quiero exagerar con el tema, me parece sumamente inadecuado desear este tipos de practicas, no era propio de una señorita, o eso me enseñaron. La rutina mañanera comenzó, primero debía bañarme, vestirme, oír los chismes, y luego bajar. Hoy era viernes, hoy era el baile, no estaba segura de querer ir, pues no me tenia fe, no sabría que hacer si alguien me invitaba a bailar, ya que soy tímida, me trabo si me pongo nerviosa, y mas si el Duque de París me sacaba a bailar, como había mencionado anteriormente, es un hombre guapo, con un pelo castaño claro, casi Rubio, alto, y el traje con la luz solar le quedaba realmente espectacular.
-Vane, padre espera verte a las ocho en el desayuno, dice que tiene un regalo para ti - exclamó mi hermano Floyd, desde la puerta - y ya son siete y quince, así que más vale que te apures.
-gracias por avisar hermano, en un momento iré - le avisé.
Entré feliz en mi bañera mientras Mary me pasaba unos de sus jabones artesanales por la espalda y el cuello. Ella hoy me miraba extraño, a ella nada se le escapaba, era capaz de saber cómo nos miramos ayer con el chico de la plaza, y si sabia ella, entonces me lo va a preguntar apenas pueda, seguramente, porque es chusma y entrometida conmigo, le fascina saber todo de mi, hasta mis pensamientos.
-Señorita Vanessa, ¿se encuentra bien? - preguntó Mary.
-¿Por qué estaría mal, Mary? - interrogue en un tono sospechoso.
-Solo fue una pregunta señorita Vanessa, me disculpo si la ofendí.
Me giré y le negué con la cabeza con una mirada casi de confusión, si ella no insistía entonces le contaré yo.
-es que, en la plaza, ayer, un hombre me hizo algo extraño... - la vi a Mary espantarse y echarse hacia atrás.
-¿Acaso la han besado señorita? - yo también puse cara de espanto al escuchar su pregunta.
-¡Por supuesto que no Mary! No dejaría que nadie que no esté casado conmigo haga eso - dije y sacudí mi cabeza en un escalofrío - lo que sucedió fue que, el estaba imitando a un violinista, y se veía chistoso, quede tan asombrada por su belleza, ese pelo anaranjado, sus ojos eran verdes, como una esmeralda, y en su cara habían pequeñas pecas, que se esparcían por su nariz, mejillas y frente hasta donde pude ver, también tenía rulitos pequeños... Es decir, un caballero... Anaranjado, parecido a mi - Mary río bajo y la miré, algo avergonzada- el problema es que me dejó pensándolo, y hoy tuve un sueño, que claramente fue un sueño, donde el estaba sentado a mi lado, y me preguntaba si yo lo miraba a el.
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DIsculpeme... Mi Lord. [HISTORIA EN CURSO]
Storie d'amoreLa señorita Vanessa, hija del marqués Longford de Dublín, cuenta con una vida normal, tiene sus rutinas, lee libros en sus tiempos libres, le gusta los juegos en familia y no tiene amigas, ni amigos, se puede decir que lo más emocionante de esta nov...