Capítulo 8: Querida Melanie....

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Solo me puedo quedar viendo la puerta por donde ha salido Melanie. Me he quedado más intrigado y a lo que le sigue de confundido. No sé por cuanto tiempo llevo aguantando la respiración. Solo escucho el pequeño y diminuto golpe de mi corazón. Un corazón en el que ya no sabe en que creer. Un cerebro que ha sido demolido por tantas declaraciones en menos de un día, aunque aun no sé cuanto tiempo estuve inconsciente cuando me trajeron a la nación tres.

Trato de ponerme de pie pero es inútil. Mi cuerpo no me reacciona. Mi cabeza esta en medio de una batalla. Creer en lo que me ha dicho Melanie o confiar en le tiempo que Verónica vivió conmigo. Ella me ama. Quizás me mintió pero....sus razones tuvo que tener. Melanie ya no es como siempre....quizás lo que me dijo es una gran mentira, como todo esto.

Quizás si cierro mis ojos y me concentro puedo volver a mi vida aburrida y estresante en la nación ocho junto con Verónica. Pero algo en mi, algo muy en el fondo me dice que debo quedarme aquí...aquí encontrare la verdad que necesito. No sé que hacer ya.

Levanto la vista hacia la mesa....esos malditos papeles se están burlando de mi. 

Si los leo estaré desconfiando de Verónica pero...es que ella me ha mentido. 

Ella. No Melanie. 

Ella nunca me ha mentido. Y por esa razón me aleje de ella. Sus verdaderos sentimientos no eran como los míos...eso ya no importa. Lo que quedaba de ella murió al salir por esa puerta y una parte de mí también.

Estoy hecho un caos. Estiro mi mano hacia los papales. No debo de huir de esto. Esta es mi realidad. Una muy oscura y malvada realidad, pero es mi vida ahora. Necesito entender todo lo que esta pasando, pero principalmente porque paso.

Con cuidado tomo la carta que menciono Melanie. Es de un color amarillo y huele a viejo, pero .....tengo miedo de leerla.

No. No. No. Tengo que hacerlo, es la única forma de saberlo todo. Desdoblo con cuidado el papel y lo primero que me impacta sin duda es mi letra, pero es imposible. Yo jamás escribí nada. Y me dirijo hasta el final de la carta y sin duda es mi firma.

Pero....pero...es que es imposible. Yo nunca he firmado nada desde que salí de Nebraska hace más de dos años. Todos los papeles en la nación ocho era por medio de huellas digitales. No he escrito nada en tanto tiempo y menos mi firma pero...esa es...es mi firma.

Tomando con más fuerza que antes me pongo a leer la carta que se supone que escribí...aunque me aterroriza saber que hay entre esas líneas, sé que encontraré la verdad.

La verdad de quien es Verónica y cuanto daño le hice a Melanie.

Tomo una gran bocanada de aire y comienzo con el fin de mi vida.


Querida Melanie Moon.


Para esta fecha, tu más que nadie en toda la nación si no es que en todo el mundo, sabes que estoy vivo. Vivo sin ganas de verte. Sin ganas de volver a estar en el mismo lugar que tu.

No quiero sonar grosero y menos malvado, pero tu siempre has valorado la sinceridad y más que nunca te debo eso. Arruine tu futuro. No sé hasta que punto pero no estoy feliz con que nos sigas molestando.

Verónica es mi mundo ahora. Ella es mi hogar. Ella es mi esposa. Y si. Me case con ella. No quería estar en un mundo en el cual no podría vivir sin la única mujer que amaré. La hice mi esposa y no me arrepiento. Soy más que feliz. No te negare que estoy en una nación horrible. Pero hasta cierto punto prefiero estar aquí, que en la misma capsula que tu. Verónica me ha comentado día tras día que te comunicas con ella para poder hablar conmigo. Para convencernos de regresar. Pero ese es el problema. Yo no quiero regresar. No quiero, no lo deseo. Lo único que deseo es estar junto a ella.

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