Capítulo 2: Exor

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Esto no puede estar pasándome, ¿Por qué la oscuridad se aferra en estar conmigo siempre? Las luces de emergencia comienzan a encender, pero no son suficientes para poder ver con claridad lo que esta pasando. Estoy en la silla sentado con ganas de morirme en este instante. No sé que hacer ahora, mi mundo se esta destruyendo lentamente. Solo puedo ver fijo la pantalla sin señal, en donde hace unos momentos estaba la explosión del meteoro, Verónica,  ¿Qué habrá pasado?

-       Señor, ¿Qué hacemos? – escucho a Carlos a lo lejos.

Pero yo ya no me encuentro aquí. Estoy en otro universo. En otro lugar. En el mismísimo infierno, ¿Cómo? ¿Por qué?

-       ¿Señor? – Julieta se acerca y me toma la cara con sus delicadas manos – Alexander, dinos que hacer.

-       Sigan.....sigan con el protocolo – logro articular.

-       Claro – me contesta – Carlos, Gustavo, que comience el protocolo de seguridad, avisen al General.

-       Julieta, no podemos, estamos desconectados – dice Carlos – los programas nos responden, solo funciona la pantalla lateral y no sirve el botón de pánico, estamos sin comunicación y ...

-       Y estamos encerrados – termina de decir Gustavo.

-       Bueno saquen los suministros de emergencia y los almuerzos, los guardaremos y repartimos como se debe, no sé hasta cuando saldremos de aquí – dice Julieta con una verdadera voz de mando, ella es una gran líder, sin duda a ella tenían que poner al mando no a mi - ¿Estas bien? 

-       No, no lo estoy – a penas se escucha lo que digo.

-       ¿Ella estaba ahí, no es así? – me pregunta mirándome directo a los ojos.

-       Si – logro contestarle, Julieta me conoce desde hace poco, pero me entiende muy bien, y sabe que solo me pongo en este estado por Verónica

-       Lo siento mucho – y en verdad creo que lo siente, Julieta es increíble y de un noble corazón.

-       Ya esta todo listo – dice Gustavo

-       Bien, mejor checamos si podemos arreglar algo y ver si nos podemos comunicar, por lo mientras descansen un poco, ya veremos que hacer -

Veo como se aleja y me deja recostado, ahora estoy en el piso, pero no me acuerdo como llegue, quizás fue ella. Ya no estoy seguro. Tengo miedo. Maldita sea, tengo miedo. Miedo a lo desconocido.

*****

-       ¡Eres un idiota, eso es lo que eres! – me grita a todo lo que da                                         

-       ¡¿Por seguir al amor de mi vida?! – le regreso con toda la rabia que tengo

-       No, eres un idiota por elegirla a ella, te engaña maldita sea, ¿Cómo puedes creer en ella y no en mi? – su tono disminuyo, para poder sentir el dolor que le causaba mi decisión.

-       La amo – es lo único que puedo decirle.

-       Lo sé......pero ella a ti no – me dice, mientras me mira fijamente.

-       ¡MIENTES! – le espeto – lo que tienes es envidia de ver que soy feliz con ella y no contigo, que yo la amo a ella y a ti no, jamás podría amarte, nunca como a ella – le digo, arrepintiéndome al instante por haberlo dicho.

TOXICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora