Prólogo

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Departamento de Psicología.
Universidad de ciudad Gótica.

Narrador de Solar.

El día de hoy entregaban los resultados de las tesis. Obviamente yo estaba nerviosa porque no hice mi mejor esfuerzo en mi tesis. ¿El problema? Pregúntenle al abusador de mi padre, quien a pesar de ya no vivir bajo su techo, seguía causándome problemas y escogió la mejor época del año para molestarme.

—Señorita Kim Yongsun —me llamó la secretaria del director.

—Soy yo —dije y me levanté de mi lugar.

—Aquí tiene. Por favor, firme en este lado y del otro escriba su nombre y la palabra recibido —la secretaria me entregó una hoja con la lista con el nombre de todos los alumnos en la especialidad de psiquiatría.

Así lo hice y la secretaria me entregó un sobre de papel con mi nombre escrito en él.

—Muchas gracias —le sonreí.

—Suerte, señorita Kim —me respondió la secretaria con una amable sonrisa.

Presione el sobre contra mi pecho, esperando que mínimo no me hubiera ido tan mal.

Bajé los escalones de la entrada de la universidad y me detuve al llegar abajo. Desenrollé el hilo del sobre de papel y ahí adentro, en una carpeta roja, estaba mi tesis.

D-
Ven a verme.

Eso estaba escrito en letras grandes en la cara de la carpeta.

"Bueno, siempre hay otras formas de graduarse, ¿o no, Yongsun?".

Esperé hasta que dieran el timbre de salida y a que el resto de alumnos y profesores salieran del departamento.

Caminé por el largo pasillo en busca de la oficina del director, el sonido de mis tacones era lo único que me acompañaba, junto con la luz del ocaso.

Finalmente llegué a la oficina del director, aclaré mi garganta, acomodé mi ropa y abrí bruscamente la puerta de la oficina.

—Director Bomb, creo que hay una... confusión en la puntuación de mi tesis —dije y cerré la puerta detrás de mí.

Y por mi increíble redacción de tesis, salí con una A+.

Estaba lista para ejercer mi profesión.


2 años después...

Durante todo este tiempo he trabajado en varios hospitales, centros de rehabilitación y asilos. Mis trabajos eran aburridos y por eso los abandonaba rápidamente. No había nada que me interesara, nada que me hiciera salir de la rutina, ningún paciente del que me pudiera sacar algo de provecho; de hecho, hasta en un hospital había conseguido un puesto alto con un buen sueldo, ¿pero a qué costo si no encontraba nada divertido ahí y todo era monótono?

—Creo que debí de estudiar para detective, así tendría muchos casos en mis manos —me dije a mí misma, mientras checaba los perfiles de mis pacientes completamente normales.

Dejé de lado el ordenador y tomé el periódico que estaba en mi escritorio.

—Nada nuevo, nada nuevo, nada nuevo —decía mientras pasaba de hoja en hoja, sin encontrar nada nuevo o interesante.

Suspiré y arrojé el periódico a un lado, pero como si este se burlara de mí por no haber buscado bien, las hojas del periódico cayeron en una nota muy peculiar:

"Asilo Arkham busca personal"

Mis ojos se expandieron ligeramente por la noticia, había escuchado acerca del asilo Arkham, ahí se albergaban a los peores villanos de ciudad Gótica y supuestamente era el infierno en la tierra.

En muchas ocasiones intenté hacer mi solicitud para trabajar ahí, pero me topaba con la noticia de que el puesto ya había sido ocupado. Tal vez esta era mi oportunidad.

Tomé el periódico y busqué el número de teléfono; esperé pacientemente hasta que alguien respondiera, realmente deseaba que el puesto aún siguiera vacante.

Hola, buenas tardes. Asilo Arkham —respondió una chica al otro lado de la línea.

—Hola, quisiera preguntar sobre el puesto de... —Dios mío, estaba llamando y ni sabía si tenían un puesto para mi profesión.

¿Psiquiatra? —preguntó la chica.

"Perfecto".

—Sí, ese mismo, ¿aún se encuentra vacante?

Claro, ¿le interesa el puesto?

—¡Sí! —respondí con emoción.

Muy bien, las horas en las que le podemos recibir su documentación serán de nueve de la mañana a las dos de la tarde. Necesita su solicitud de trabajo, claro está; título, identificación, cédula profesional y le haremos algunas pruebas, ¿me puede decir su nombre?

—Claro, me llamo Kim Yongsun —respondí con una sonrisa invisible para ella.

Perfecto señorita Kim. Mmmh... por ahora no le puedo decir más, pero ya sabe a qué hora puede venir a dejar sus documentos.

—De nueve a dos, ¿verdad? —tomé un bolígrafo y una hoja para anotar el horario y los documentos requeridos.

Así es, señorita.

—Perfecto.

Excelente señorita Yongsun, entonces la esperamos en el horario indicado. Qué tenga bonita tarde.

—Igualmente, gracias —me despedí y la llamada terminó.

Ya era el momento de entrar a ligas mayores.

Lunatic | MoonSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora