A punto de dar nuestro último concierto, el más grande de todos en la misma ciudad donde vivimos, los nervios son de esperarse. No hemos escuchado nada de parte de D.B. Aster ni de nadie de su equipo de trabajo, por lo mismo, ni Ava ni yo nos atrevemos a hablar del tema con nadie más que nosotras mismas, y en esos últimos días ya no formaba parte de nuestra conversación usual.
—En el momento en el que una sola palabra salga de sus labios, lo harán firmar un ADC* y tendrá que tragarse sus palabras.
Pero sí somos un fraude, quiero decirle en voz alta, en cambio me atraganto con mi jugo de naranja.
—Cuidado, que ahí va nuestro sueldo —dice Nigel pasando por nuestro lado.
Estamos sentadas en la orilla del escenario del recinto. En la que será el área VIP, el staff se juntó para descansar antes de terminar los detalles del concierto y el acomodo de algunas áreas.
Se sientan en un círculo en el suelo, y deciden jugar pato, pato, ganso, con los minutos que les quedan de descanso. Somin trae puestos unos tenis enormes que rechinan sobre el suelo del lugar, y en cada turno donde le toca correr, los demás terminan en carcajadas a causa de sus zapatos a la moda.
—Deberías ponerle lucecitas de colores, les darían un toque más serio.
—Ah si, bueno —dice corta de aliento—, vamos, los reto a que aten las agujetas de sus tenis entre sí.
Se observan elogiando la idea de Somin, y proceden a amarrarse las agujetas de los tenis que llevaban puestos. Dos personas salen del círculo al no traer agujetas.
Somin vuelve a comenzar el juego, escoge a la más pequeña miembro del equipo, y como esperamos, ambas se ven ridículas corriendo alrededor del círculo evitando caerse a cada segundo. Ava y yo aplaudimos desde lejos apoyando a Somin y sus tenis rechonchos que hacen ruido, tal y como un ave.
Las puertas dobles de entrada a lo lejos son abiertas, un largo grupo de gente entra a través de ellas. Aún no hay sillas acomodadas en ninguna parte, así que hacerse paso hacia nosotros no les da mayor dificultad.
La mayoría son hombres vestidos de tonos negros, e incluso las mujeres que los acompañaban se visten como se vestiría Ava en su momento más emo. Nos toma unos segundos notar de quién se trata. Ava sujeta mi brazo con fuerza.
—¿Qué hacen ellos aquí?
Son The Wends.
Detrás de ellos los siguen los que creo son miembros de su equipo. Mi teoría se confirma por sí sola cuando se encuentran con Nigel a unos metros de nosotras y uno de ellos intercambia saludos con él primero.
Somin desenreda sus agujetas y se acerca a donde estamos sentadas.
—Chicas, tenemos una reunión ahora, ¿pueden ir a su camerino por favor?
Damos un pequeño brinco desde el escenario, y nos hacemos compañía en el trayecto al backstage. Los zapatos de Somin nos acompañan fieles con sus rechinidos, como una prueba de que debemos guardar toda la seriedad posible en los siguientes minutos.
En el camerino con el nombre de Ava en la puerta blanca, ya se encuentran dentro Dale, nuestro abogado, y Hank el de redes sociales, lo que se nos antoja extraño. Dale no dice mucho después de nuestro precipitado saludo, y Hank se ocupa detrás de una tablet a publicar cosas en las cuentas oficiales de Ava.
Unos minutos después, la puerta se vuelve a abrir dando paso al grupo de gente que ha llegado anteriormente al recinto. Casi todo nuestro equipo toma uno de los sillones largos para sentarse, mientras que el de la banda toma el que se ubicaba al frente. La mitad quedan de pie de todas formas.
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Sync ©
Teen FictionEl día en que sus labios no concuerden con mi voz, estaré perdida. Mi vida es una farsa, y la vida de todos a mi alrededor se mueven para protegerla. Pero yo vivo por protegerla a ella, a la única amiga que ha intentado de todo para evitar que me...