Capítulo XXXV

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Daniel,

Lamento molestarte, no es mi intención. El fin de semana fui a tu casa y esperé más tiempo del que debía para que abrieras la puerta. Incluso después de ir a comer regresé al parque que estaba frente a tu casa esperando que regresaras en la tarde, pero no fue así. El cielo oscureció demasiado rápido.
Ese mismo día regresé a mi hogar, Declan me estaba esperando en la estación y créeme, jamás podré olvidar su rostro al recibirme. Eso calentó mi corazón. Fue como un rayo de sol. Y aunque no me lo haya dicho, sé lo que imaginaba... Pensó que no regresaría si te encontraba.
Y si te soy sincera, no sé si lo hubiera hecho. Para tranquilizarlo dije lo que pensaba que él necesitaba escuchar.
Odias los hubiera, pero, ¿me habrías dejado quedarme de habértelo pedido?

-Emily

Con amor, EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora