⟡ O1

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— Minho...ya... estoy cansado. — musitó el castaño, dejando notar de sus labios una respiración agitada. Minho clavó su mirada fría y penetrante en él e ignorando lo que el ajeno mencionó, se dispuso a aumentar la fuerza de sus embestidas.

— Todavía no... quiero correrme. —respondió el mayor en una voz ronca, esforzándose cada vez más por llegar a su objetivo. Pero, ni siquiera lograba sentir el cosquilleo que le avisaba lo cerca que estaba del orgasmo.

La entrada del rubio palpitaba de dolor ante las duras embestidas del castaño, a lo que comenzó moviendo sus caderas hasta encontrar la forma de quitar al contrario de adentro suyo.

— Solucionalo solo, Min. Vas a lastimarme. — denotó y por última vez empujó al más alto sacando el miembro completamente erecto de dentro de sí. Ni siquiera podía sentarse en la cama, pero se dispuso a ir al baño con rapidez.

Minho se volvía muy brusco al momento de querer alcanzar el límite de su placer propio y no pensaba ni un poco en el dolor ajeno, convirtiéndose así en alguien bastante egoísta en cuanto al sexo. Hacía días, semanas o meses que Lee no conseguía este objetivo durante el acto y ésto comenzaba a frustrarlo como afectar su estado de ánimo.

Minho se sentó al borde de la cama, escondiendo su rostro entre sus manos. Aún podía sentir el dolor de una muy dura erección que no tenía muy pensado descender prontamente.

— Maldita sea... — bufó y fregó sus ojos con fuerza intentando calmar esa frustración imposible de quitar.

— Lo siento, Honnie, pero no puedo más. Creo que ya no estoy para ésto. — agregó el rubio de cuerpo refinado que acababa de salir del cuarto de baño. Minho únicamente sonrió, no quería dejar toda la culpa caer sobre aquél chico. Aún si no era su pareja y solo alguien con quién se acostaba hace años por diversión.

— Todo está en orden, Lix. Puedes volver a tu casa. — respondió y dejó caer su cuerpo sudado en las suaves sábanas blancas de su amplia cama. Felix sonrió ante ésta acción, y avanzó con lentitud hacia la ubicación del mayor. Abrió sus piernas, intentando ignorar el dolor de su parte trasera, y se sentó rozando el mismo en el aún erecto pene del frustrado Minho.

— No te sientas así... Sé tu frustración pero últimamente no estoy para ésto. Tal vez... podrías conseguir a alguien más. — propuso en un tono bromista. Minho sólo dejó salir un leve suspiro para luego mostrar una sonrisa ladina.

— Posiblemente... Ve, ve a casa a dormir. —respondió y se levantó quedando sentado frente al joven, haciendo que su trasero comenzase a sentir el pene contrario rozando dolorosamente su entrada.

— Mhn... —gimoteó cómo acto casi inevitable. Minho tenía efectivamente el talento necesario para excitarlo y cambiar el rumbo de la situación para su propia conveniencia. Sin embargo llevaban años conociéndose y aquella táctica era algo muy bien conocida por parte de Felix.

— No más, ve a casa. — insistió amablemente y dejó un tierno beso en los labios del rubio, que, a pesar de la poca suavidad y forma particular que tenía Minho al momento de tener sexo; él siempre estaba allí, dispuesto a complacerlo.

(...)

Se despidió del chico cuando finalmente acabó de acomodarse el salvaje aspecto de su cabello. Volteó sonriente, aún frente al espejo y comenzó a dar lentos pasos hacia el castaño, dejó un beso en los labios de éste, quién aún se encontraba recostado. Minho respondió a la acción con una ternura completamente sincera.

Comenzaba a pensar que tal vez a Lix sólo lo apreciaba, le agradaba, pero ninguna de esas opciones o posibilidades incluía el hecho de "atraerle."

Lee había dejado de percibir la misma emoción que antes, no sentía la ardiente sensación que podía consumirlo en unos segundos, en otras palabras, ya se estaba aburriendo y cuando aquello sucedía las opciones se reducían violentamente.

⠀ .     .    𝒢⠀      bittersweet    :    hyunho. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora