⠀ . . 𝒢⠀ bittersweet : hyunho.

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Vivir con Minho no estaba ni por poco, en los planes de Hyunjin; en absolutamente ningún momento.
Bueno... para ser exactos, no se veía firmando un contrato con un hombre para convertirse en su Sugar Baby. Claro, son planes de vida que se ven ligeramente afectados por alcohol, y un mejor amigo con ideas de apuestas locas... demasiado locas.

No podía oponerse o arrepentirse ahora, técnicamente Minho se había encargado de finalizar su contrato de alquiler en el apartamento que vivía.
Sabía por mucho que era un trámite algo pesado, no podías cerrar algo así y a los diez segundos arrepentirte, esperando que el dueño reinicie el doble de papeleo como si nada.
Y por supuesto, ni cabe recalcar que Lee no dudaría un segundo en pagarle el doble a Kim para que eso no ocurriera.
También sabía que desde algún punto de vista bueno el mayor trataba de protegerlo, o tal vez de poseerlo, no estaba muy seguro pero estaba convencido de que a fin de cuentas sería para bien. Intentaba buscarle el lado bueno a la situación, después de todo Minho seguía siendo un misterio para Hyunjin sobre todo hablando de lo que pasaba por su cabeza.

Guardó su última prenda en la valija cuando Minho ingresó a la habitación.

— ¿Lo guardaste todo? ¿seguro no quieres ayuda? — insistió el mayor como por décima vez. Hyunjin negó de inmediato, digamos que se estaba esmerándo en ocultar sus prendas de ropa infantiles. "Vamos, Hyunjin, vas a vivir con él ¿de qué sirve esconder tus prendas?" se dijo en su mente.

— No, señor, lo puedo hacer todo solo. Además ya terminé. — Respondió cerrando su equipaje y volteó a ver al mayor, apoyado sobre el marco de la puerta, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, empujando apenas la chaqueta que le permitía ver su camisa que con gusto se apegaba a su abdomen. Ni que decir de su expresión facial... una ceja ligeramente levantada y los labios de manera neutra.

Minho era la perdición en persona.

— Entonces déjame llevar tu equipaje al auto. — anunció y acercó sus pasos hacia la dirección en la que se ubicaba el rubio. Extendió su brazo para recoger una de las dos valijas primero, y así repetir la acción con la segunda quedando preparado para salir.

Hyunjin aún no se sentía seguro de irse, pero sabía que decir un "No", podían traerle problemas, y existía la posibilidad de que las opciones no coincidieran ni un poco. Prefería no arriesgarse y si se sentía incómodo bueno... ¿se tiraría por la ventana? sonaba más rápido que releer las condiciones del trato.

Siguió al mayor quién caminaba hacia la puerta de salida. Su mirada viajaba por el lugar en compañía de una triste mirada que se despedía de éste. No es como que pudiera decir que iba a extrañarlo y llevarse muy buenos recuerdos de allí, pero era el primer lugar para vivir que pudo pagar por sí solo; y un lugar bastante bueno.

Al encontrarse fuera Minho quitó el seguro del auto con su llave y se detuvo frente a la puerta que daba paso a los asientos traseros. Acto seguido abrió una de ellas y comenzó a acomodar las valijas del menor que se limitaba a mirar las acciones con cuidado.
Hyunjin se asomó un poco hacia el auto, casi de manera disimulada a espaldas del pelinegro que ya daba por hecho su trabajo.

— Creo que yo no entro ahí, señor. —murmuró con algo de nerviosismo. Minho se dio la vuelta de manera lenta poco apresurada y lo miró arqueando una ceja.

— No vas a ir atrás, irás conmigo. — dijo cerrando la puerta trasera del auto y abriendo la de copiloto, sin esperar respuesta del chico. Era un... sí o sí.

Por su lado, Hyunjin no se sentía muy cómodo con la idea. Es decir... si había viajado junto a él en el auto una vez y tal vez era por eso que tenía ganas de escapar. Sobre todo porque su mente llevaba jugándole malas pasadas hace tiempo; mejor dicho desde que lo conoció.
Miró al mayor y asintió de forma casi inmediata, por supuesto, luego de pensar la cantidad de probabilidades y escenarios si es que elegía una respuesta contraria.