⠀ . . 𝒢⠀ bittersweet : hyunho.

⟡ O9

Los rayos de sol invadían con intensidad la habitación del joven de cabellos rubios, golpeando justo en sus párpados dormidos. Maldijo una vez más, similar a otras mañanas en las que se preguntaba "¿por qué siempre olvido cerrar las cortinas?"
La noche se había podido disfrutar inspiradora, tranquila, satisfactoria, sin mencionar el ver y oír la suave brisa. 
A fin de cuentas había amanecido y aunque Hyunjin brillaba en el día ,que era cuando podía exponer su alta energía, detestaba despertar de aquella irritante manera.

Despeinó un poco más su cabello en lo que recuperaba la conciencia, recordando su nombre, edad, lugar en el que se encontraba, la razón por la cual nació, etc.
Desde otra perspectiva, Hyunjin era como un bebé al despertar. Poseía una apariencia enormemente adorable que no provocaba deseo absoluto de destruir, y esta se lucía mucho más en la mañana.

Cuando podía elegirse el peor momento en el día para llamar a su puerta, fue precisamente en ese mismo segundo el cual el timbre se hizo sonar en la casa, exactamente dos veces.
Maldijo por lo bajo ¿siquiera iban a dejarlo vestirse? apenas llevaba ropa interior, había sido la primera noche en la que no dormía con una prenda puesta y el motivo era nada más ni menos que su papi llevándolo al borde de la travesura.

Estaba totalmente dispuesto a ignorar el timbre, hacer de cuenta que seguía dormido o mejor aún, que no había nadie, entonces la visita que nadie esperaba se iría.
Pero éste insistió una vez más y Hyunjin se preguntó ¿quién podría insistir tanto al timbre tan temprano? Jisung no podía ser, ese pequeño flojo dormía incluso en medio de un apocalipsis. Pero si era él, estaba más que listo para sacarlo de casa aventándole todo lo que encontrara a su paso.

Dirigió sus pasos hacia la puerta, en lo que respondía de mala gana "Ya voy".
Quién fuese, debería tener un buen motivo. Se tardó a propósito, suponiendo que su lentitud haría al invitado largarse sin pensarlo. Pero se respondió lo contrario cuando el dueño, Seungmin, se visualizaba del otro lado.
Buen momento para terminar de vestirse, sí, uno muy bueno.

— ¡Señor Kim, aguarde un momento, iré a vestirme! — exclamó y rápidamente sus pasos se encaminaron hacia la habitación.

No se decidió mucho por un outfit decente, usó la primer playera que encontró, la cuál era una tono amarillo, junto con un pantalón deportivo color gris. Sus asustados pies, modelaban unos calcetines que hacían un buen juego con la playera. De esa forma regresó a la entrada y abrió la puerta.

Seungmin no tardó mucho en darle una mirada entera a su persona, escanearlo de arriba hacia abajo y de regreso, mejor dicho. Incluso cuando recién despertaba, Hyunjin era de lo más dulce en el mundo, no necesitaba arreglarse mucho para verse bien.
Y Kim no podía negarlo, estaba secretamente fascinado con Hyunjin.

— He venido por la paga de la renta. — anunció el mayor, en lo que inundaba la casa con su masculino perfume.

Hyunjin frunció el ceño ¿paga? ¿qué fecha era? ¿cuánto había pasado? siquiera recordaba cuál era el acuerdo que habían hecho.
Y allí su estómago se retorció de nervios, no tenía el dinero, al menos no en efectivo ¿Qué le diría estando en esa situación? esa vez no era nada más ni menos que su propio error. A él se le había pasado algo tan importante, sabía que debía pasar por el banco. Si tan solo un masculino llamado Minho no hubiese estado distorsionando y desordenando sus pensamientos.

— Oh sí... en cuánto a eso, yo...

— No lo tienes. — interrumpió Seung, ya sabiendo a la perfección cómo eran las líneas del libreto que le tocaba interpretar a Hyunjin. Junto con ello sonrió de forma irónica.

— Sí, exactamente. En realidad si lo tengo, pero no fui al banco a retirarlo, lo siento mucho. — se disculpó y caminó hacia el sofá más grande que ocupaba la sala. Su rostro se recargó entre sus manos y suspiró. Seungmin se deleitó con tan inocente y cautivadora imagen.