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Minho volteó debido a la pregunta y se topó con un pequeño Hyunjin en una lucha con su nerviosismo expuesto y plasmado en sus acciones a su vez como lenguaje corporal.

— Él es Hyunjin. Es un acompañante. Está aquí para ayudarme con un trabajo. — respondió y no mentía, sin embargo no dejaba la verdad totalmente desnuda y era una respuesta libre a la interpretación que se le diera. Algo de lo que claramente podría librarse fácilmente.

— ¡Es un gusto, Hyunjin! Soy Yongbok, Lee Yongbok o Lee Felix, el secretario de Minho. — se presentó de forma respetuosa, calurosa y agradable. En parte quitó mucho peso negativo de los hombros del rubio y no estaba sorprendido o disgustado ante la respuesta de Minho, ya que se esperaba que no dejara al descubierto el tipo de relación que mantenían.

— El gusto es mío, señor Lee. — correspondió el saludo con una pizca de timidez, no sabía muy bien de qué manera responder.

— Oh, dime Felix, no hay problema. — agregó el castaño mientras sonreía, de igual manera ese aspecto físico tan hermoso continuaba incomodándolo.

— Hyunjin, relajate donde gustes mientras charlo con Yongbok. — formuló el pelinegro mientras se disponía a acomodarse y ordenar la cantidad de papeles que invadía el escritorio.

El menor simplemente se quedó en el sofá que había ocupado previamente, acariciaba la suave tela del mismo en lo que jugaba con sus dedos debido a la ansiedad que sentía. Miles de preguntas se formulaban en su cabeza, existían sensaciones incómodas nunca antes vividas o al menos no junto a Minho.
Por su lado, el más alto dirigía su mirada en dirección a Hyunjin entre palabras con el secretario sexy. Éste respondía con una mueca, que ante los ojos de Minho expresaba algo más claro que el agua. Se limitó a reír y continuar con su trabajo en lo que el ya rojo Hyunjin, se convertía en un niño a punto de hacer berrinche.

— Fuera de los prototipos que quedan verificar por tu parte, lo más importante es la fiesta de la compañía. — comunicó Felix escribiendo entre los papeles a su disposición. Hyunjin había estudiado cada uno de sus movimientos, aquellos delgados dedos que tomaban el bolígrafo para escribir mientras sus piernas se cruzaban de manera delicada. Rayos... Incomodaba y mucho.

— ¿Qué es lo que falta?

— Estoy falto de contactos para los últimos detalles, he llamado toda la mañana como loco. No sólo eso, insistí días previos. Minho, falta poco. — se quejó el castaño, sonaba muy desesperado y a su vez frustrado. Minho extendió uno de sus brazos para dejar caer su mano en el hombro del chico ¿Era normal que existiese tanta confianza entre secretario y jefe?

— Habla con Jeongin, le daré el aviso de dejarte el acceso a mi agenda. Y no seas terco, deja de encargarte de todo solo. — el ajeno contestó rodando sus ojos y asintió.

De esa manera y entre tantas palabras ocupando los minutos, la pequeña reunión acabó. Felix se despidió de forma agradable ante Hyunjin, quien correspondió aún con un poco de indiferencia. Y sí, ya sabía el nombre detrás de la actitud que presentaba, pero se negaba a admitirlo.
Cuando el castaño salió por la puerta del despacho, fue cuando se preparó para dejar salir aquellas dudas.

— Tu secretario. — escupió en tono seco.

— Tus celos. — contestó el mayor, dejando al menor con las siguientes palabras en la boca.

— No...no son celos.

— Claro, miénteme. Todo tu rostro lo delata.

— Me estás tuteando.

— Tú también, mi amor. — finalizó sonriéndole de forma triunfante. Su reacción inmediata fue cruzarse de brazos y volver a sentarse en el sofá de mala manera. Definitivamente lucía como un pequeño a punto de hacer berrinche.

⠀ .     .    𝒢⠀      bittersweet    :    hyunho. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora