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Cuando Jasón abrió los ojos, se encontraba en una cama cómoda, se incorporó y miro hacia todos lados, era una habitación grande, las paredes eran rojas con negro, los muebles eran negros, incluso las sabanas de la cama, pero había algo dorado en el tocador que llamo su atención. El hijo de júpiter se puso de pie y camino hacia el tocador, es un anillo, común y corriente o por lo menos, eso parece.

-Me lo dio Apolo –dice una voz a sus espaldas asustándolo- Lamento haberte asustado.

-Aris –dice Jasón- Perdón –deja el anillo justo donde lo tomo.

-No es necesario –dice ella sonriendo y se acerca a él- ¿Cómo te sientes?

-No sé cómo llegue aquí –dice Jasón sentándose en la cama.

-Te dormiste en el viaje sombra –la diosa se sentó a su lado- Al decir “dormiste” me refiero a que vomitaste y después te desmayaste –ambos rieron.

-Gracias –dijo Jasón y Aris lo miro alzando una ceja- Por traerme aquí, a eso me refiero.

-Eres mi hermano –Aris tomo la mano de Jasón- Siempre estaré al momento en que digas mi nombre –se levantó- Vamos a llevare el campamento mestizo.

-Por lo que sé, soy hijo de júpiter –dijo Jasón- no creo que los griegos me reciban con entusiasmo, sabiendo que hay un campamento romano.

-No te llevare ahí –dijo Aris- Hera bueno Juno, va seguido ahí y lo que menos quiero es que estés en el mismo lugar que ella.

-Entiendo –dijo el acostándose en la cama- Justo ahora acabas de decir que el anillo te lo dio Apolo, ¿están saliendo?

-Aris rio- En realidad estamos casados –Jasón se enderezó.

-¿Casados? –Sonrió- Cuenta con detalle… bueno detalles no, pero quiero saber.

-¿Qué quieres saber? –pregunto ella.

-¿Desde cuándo están casados?

-Desde el comienzo de los tiempos –Jasón la miro extrañado- Cuando Apolo y yo cumplimos la mayoría de edad, Zeus tuvo la magnífica idea de casarnos, nosotros no estuvimos de acuerdo pero después nos hicimos la idea de que no teníamos voz ni voto, entonces comenzamos a conocernos, a pesar de saber que éramos lo que ustedes conocen como hermanos, nosotros consideramos hermanos cuando es la misma madre y el mismo padre, ejemplo Apolo y Artemisa y Ares, Hefestos y yo, sin embargo no somos hermanos de ellos, porque su madre es Leto y la de nosotros Hera. Pero esto solo cuanta entre dioses, sin embargo los semidioses pueden salir con quien quieran, solo que no sea de su misma casa.

-¿Entonces mientras no tengan la misma madre no son hermanos? –pregunto Jasón.

-Así es –Aris arreglo el pelo de Jasón.

-Después de que obtuvimos el título que nos correspondía, la boda se llevó a cabo y fue sencilla, solo una ceremonia y cada quien para su templo –Jasón rio la escuchar a su hermana.

-Nada fuera de lo normal –dijo él.

-No, las moiras dijeron que nuestro matrimonio nunca estaría colgando de un hilo, a pesar de ser diferentes, eso haría que las cosas no estuvieran tensas entre nosotros.

-Están bendecidos por las parcas –dijo Jasón.

-Se podría decir que si –dijo Aris.

-¿En verdad debo ir al campamento mestizo? –pregunto Jasón.

-Claro que tienes que ir –Aris guardo silencio- Pero jamás dijeron cuando

Ambos hermanos sonrieron.





En el campamento mestizo Percy se encontraba hablando con Grover.

-¿Estas diciendo que Ares, el dios de la guerra te fue a buscar? –pregunto Grover.

-Eso mismo dije –hablo Percy.

-¿No es extraño? –pregunto Grover- Annabeth, ¿Qué dices?

-Es extraño, porque Ares no te apoyo de la mejor manera la primera vez, solo te dio un indicio –dijo Annabeth, pero que haya ido por ti eso si es extraño.

-Sí, pero gracias a él, tengo mis recuerdos, sin embargo no llegue a conocer al Joven llamado Jasón, aunque Ares dijo que lo conocería pronto.

La caracola sonó, era el momento de la comida y cuando Percy estuvo por hacer su ofrenda, se la dedico al dios de la guerra, agradeciéndole por haberlo salvado.

En el olimpo, dicho dios miraba sonriendo al hijo de Poseidón, para Ares, este había sido el gesto más sincero que alguna vez le han hecho.

Esa misma noche, en la casa grande, cuando todos dormían ya, se presentó la diosa de la oscuridad junto a Jasón.

-Aris que alegría tenerte por aquí –dijo Quiron sonriendo.

-Digo lo mismo –miro a Jasón- Él es Jasón Grace, hijo de júpiter, se quedara en el campamento hasta que esté en condiciones de ir al campamento júpiter.

-Bienvenido –dijo Dionisio- Hera nos matara –sonrió.

-Podrías callarte un momento y dejar de ser negativo –dijo Aris- Ese es mi trabajo.

-Por favor no comiencen –dijo Quiron- Jasón, te quedaras en la cabaña de Zeus esta noche, mañana hablaremos mejor.

-Gracias –dio Jasón, posteriormente miro a Aris- ¿Puedes ir conmigo?

-Sabes que si –dijo Aris sonriendo.

-Yo también quiero ir –dijo Dionisio tomando un brazo de Jasón y sacándolo de la casa grande.

-Ten paciencia –dijo Quiron- Es el primer hijo de júpiter.

-Y esperemos que sea el único –dijo riendo- Iré con ellos, no quiero que Jasón se ponga histérico –camino hacia la puerta pero la voz de Quiron la detuvo.

-Aris, quédate con él, hasta que se acople al campamento –dijo Quiron- Con el permiso de Dionisio te puedes quedar.

-Gracias –dijo Aris y se dispuso a seguir a sus hermanos, los cuales la esperaban fuera de la casa grande.

Los tres comenzaron a caminar, pero Jasón no se sentía cómodo, Aris lo noto y tomo su mano calmándolo al instante. Llegaron a la cabaña uno, donde Jasón pudo percatarse de que en la puerta había una nube, de la cual salía un rayo.

-Es el símbolo del olimpo –dijo Dionisio- Cada dios del olimpo lleva este símbolo en su traje –dejo ver su parte divina- Este símbolo hace que se note tu lugar –Jasón miraba el símbolo con atención.

-Mientras que en el inframundo, todo es diferente –dijo Aris llamando la atención del hijo de júpiter- Nuestro símbolo es una calavera –saco su parte divina también. Los ojos de Jasón fueron hacia el escudo en su hombro.

-Servimos para diferentes dioses –dijo Dionisio.

-Pero siempre estamos unidos cuando nos necesitan –termino Aris.

Jasón los abrazo sin mencionar nada, dejando a los dioses un poco desconcertados, pero al final de cuentas hicieron lo mismo. El hijo de júpiter entro a la cabaña, seguido de los dioses. Los tres se quedaron hablando hasta que Jasón termino dormido en los brazos de Dionisio. Ambos dioses miraron a Jasón y se acostaron a su lado, para dormir, aunque no lo necesitaran.

La Soledad del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora