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Al día siguiente Jasón se levantó y salió de su cabaña, para buscar a sus hermanos, ya que estos no se encontraban en la cabaña. El hijo de júpiter iba tan asombrado mirando las cabañas, sin percatarse que frente a él había un chico, hasta que chocaron.

-Perdón –dijo Jasón ayudando al chico.

-No te preocupes –dijo el chico, tenía unos ojos azules muy bonitos- Veo que eres nuevo, soy Percy Jackson, hijo de Poseidón –dijo Percy estrechando su mano con la de Jasón.

-Soy Jasón, hijo de júpiter –sonrió algo tímido.

-Hola Jasón –dijo Nico acercándose.

-¿Nico? –pregunto Jasón.

-Creo que olvide mencionar que soy griego –dijo encogiéndose de hombros.

-Pero eres embajador de Pluto –dijo Jasón. El hijo de hades se mantuvo conversando con el romano, mientras que Percy variaba su mirada, del rubio hacia el pelinegro, sintiéndose como en un juego de pin pon.

-¿Campamento júpiter? –los miro- Yo estaba ahí y no te vi –dijo mirando a Jasón.

-Es una larga historia –dijo Jasón sonriendo. El hijo de Hades, junto al de Poseidón se miraron y sonrieron.

-Tenemos tiempo –dijeron.

Tiempo después.

En la casa grande, se encontraba Quiron y Dionisio, pero a parte de ellos dos, también se encontraba Aris, Ares y Hefesto.

-Me pueden decir otra vez porque están aquí, pregunto con todo el respeto posible –dijo Quiron.

-Escuchamos que júpiter tiene un hijo aquí y queremos verlo –dijo Hefesto.

-A parte que se nos hace raro que Hera no haya hecho un drama por esto –dijo Ares.

-Juno –dijo Aris.

-Cierto, romanos –dijo Ares- Juno no hizo un teatro, así que es extraño y queremos conocer al muchacho.

-A parte, sigue siendo nuestro hermano –dijo Hefesto.

-Si pero nadie se nivela a nosotros tres –dijo Aris.

-Aris tiene razón –dijo Ares- Nosotros tres somos hijos de la misma mujer –los dioses rieron.

Dionisio miraba a us hermanos, ¿Cómo era que Ares y Aris se podían parecer tanto y ser algunas veces tan diferentes? Tal vez eso significa ser mellizos.

-¿Qué me vez? –dijeron Aris y Ares.

-Pensaba que usted dos soy muy diferentes, pero ya vi que no –levanto los hombros- Los odio de todas formas.

-Si,si,si ya a la chingada –dijo Hefesto- Queremos ver a Jasón.

-Vamos –dijo Dionisio caminando a la puerta- Son unos malditos molestos.

-Así nos quieres –dijo Aris, tomándolo del brazo, para comenzar a caminar.

-¿Quién te lo asegura? –dijo Dionisio y rio a ver la cara de sus tres hermanos.

Los cuatro dioses siguieron caminando por el campamento y los campistas miraban a los dioses con miedo, era muy extraño que los dioses aparte de Dionisio fueran al campamento.

-¿Por qué nos miran tanto? –pregunto Aris.

-¿No le han comentado? –dijo Dionisio deteniéndose y mirando a Hefesto y Ares.

-Comentarme que –dijo Aris mirando a sus hermanos, los cuales se miraron los unos a los otros.

-Como sabes, el tiempo en el olimpo es muy diferente al tiempo en la tierra y el tiempo en el inframundo es diferente a éstos dos –dijo Hefesto con calma.

La Soledad del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora