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Los planes que realizas junto al amor de tu vida son especiales y más si en estos se incluye una boda y risas de niños llenando una habitación.

Un futuro juntos, un futuro próspero como pareja.

Era lo que JungKook se proyectaba en su cabeza el día en el que JiMin por fin y después de tanto tiempo le había pedido matrimonio, juro que ese fue el mejor día de su vida, sus lágrimas de felicidad no se habían hecho esperar, al igual que la euforia que lleno su sistema provocando que casi tenga un colapso instantáneo.

Se consideraba el hombre más afortunado y como no serlo, si tenía al amor de su vida junto a en a nada de emprender una vida larga juntos y llena de amor.

-Te ves hermoso hijo- le dijo su madre cuando le estaba entregando el ramo de flores, el mismo que lo arrojaría directo a las manos de la persona que había hecho posible que él y el amor de su vida se unieran ante el sagrado destino.

Pero no adelantemos los hechos.

Era una mañana soleada en la que JiMin lo había invitado a tener una cita en la orilla del lago que se ubicada no muy lejos del pueblo en el que habitaban, recuerda que ese día había preparado una torta de chocolate para compartirla con su novio, sabía lo mucho que a JiMin le gustaban y creyó bueno preparar una especial para él.

-¿Dónde vas tan feliz cariño?- Pregunto su madre con una linda sonrisa dibujada en su rostro, sin duda la mujer era preciosa, no de justo la habían nombrado la mujer más hermosa del pueblo pese a su edad que a sus treinta y tres era envidiada por algunas quinceañeras, pero no las culpaba, pues ella también se tendría envidia si no fuera ella, se había casado con el hombre más guapo y amable, con el que había dado a luz a su precioso Kooki.

-Hoy JiMinie y yo tendremos una cita- contesto igual de contento que su madre.

-Pero si no es la primera, cariño- se burló la mujer al ver lo tierno que se veía su bebé.

-B-bue-no, tienes razón p-pero él dijo que hoy tendría algo muy importante que decirme, y por alguna extraña razón estoy muy nervioso por eso- respondió sin hacer el esfuerzo por ocultar sus sentimientos.

JungKook siempre había sido un muchacho muy expresivo y trasparente de sus sentimientos hablando, le era difícil esconder sus sentimientos y esto le había traído problemas en un par de ocasiones, pero no era algo que le afectase realmente, la sinceridad era lo primordial para él.

Por eso mismo detestaba que le oculten las cosas, no le gustaban las mentiras al igual que le aborrecían las falsas promesas, a lo largo de su vida le había enseñado a todas las personas que se involucraban directa o indirectamente con él lo supieran.

-Mmmm, veo que es un poco serio al decir verdad- hablo su progenitora a lo que el solo asistió y continuó decorando la torta de su Mimi.

Ya estando seguro de que llevaba todo, y que nada se le pasara por alto, tomo su canasta para luego pasar a despedirse con un beso en la mejilla dado por sus progenitores.

Con paso apresurado se dirigió al lugar donde seguramente se encontraba su amado, esperándolo con una hermosa sonrisa y con los brazos abiertos, listo para brindarle el calor que solo ellos podían brindarle, lo amaba tanto.

Como lo amaba.

Cundo diviso su alrededor fijo su mirada en un punto específico y salto de la alegría, ahí estaba él, tan sereno y apuesto. Sentía que se había llevado el premio mayor que JiMin y como no pensarlo y darlo por hecho cunado se trataba del guapo chico de cabellera rubia, ver a JiMin era como ver a un ángel igual de apacible y armonioso.

-Llegaste precioso- beso los labios rosados de su novio cundo este se acercó a el.

-¿Esperaste mucho?-. Pregunto inseguro.

-Lo haría toda mi vida por ti.- abrazo la cintura de su chico, deslizando sus manos pro el trasero de su chico para luego apretarlo sin mucho cuidado, lo que provoco que JungKook soltara un agudo gemido.

-A-aquí n-no Mimi, alguien p-podría vernos.- Se apartó del agarre de su novio sonriendo.

Y así pasaron toda la tarde, entre juegos un poco subidos de todo por el lado de JiMin y con chistes malos por parte de JungKook, simplemente un ambiente agradable y tierno para quien lo viera.

Pero así mismo llego el tema que los ponía tensos a los dos, sobre todo al pequeño panadero.

-Dime lo que piensas.- Pregunto un poco dudoso por la reacción de su novio.

JungKook solo se encogió de hombros intentando que sus lágrimas no arruinaran el maquillaje que con mucho esfuerzo había preparado.

-Q-que quieres que te diga JiMin- hablo entrecortando, intentando no sollozar.

-No llores conejito.-Intento consolar a su conejito mientras lo abrasaba.

-Me dejaras y no volverás, eso pasara.- Respondió un poco más calmado.

JiMin al ver el llanto de su novio decido que era mejor cambiar de tema, ya se le ocurriría que hacer, porque si JungKook pensaba que lo abandonaría para perseguir una tontería estaba equivocado.

-No era para lo que preparé esta cita bebé.- Hablo mientas sacaba una pequeña cajita de terciopelo de su mochila y como si por arte de magia fuera y como si nada malo hubiese pasado se arrodilló frente al amor de su vida y le pidió lo que por tanto tiempo había deseado con todo su corazón.

-Jeon JungKook., Me aceptas a mi Park JiMin como tu futuro esposo y padre de tus hijos, para amarte y adorarte por todo lo que dura la eternidad?.

Ahora si, pude continuar nuestra historia.

Wait For Me - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora