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Entonces cuando creyó que lo había vivido todo no era así, en toda esta historia al parecer el único villano había sido él y JiMin solo había sido la verdadera víctima en todo ese pleito, comprendiendo todo dejó caer sus últimas lágrimas.

Si las cosas eran de ese modo él no se permitiría llorar, JiMin se había ido por su bien estar, el no quería estar atado de por vida a alguien que a duras penas lo comprendía. No quería estar con una persona egoísta como lo había sido él.

Todos esos años en los que pensó haber hecho un buen trabajo, no lo había hecho en absoluto.

Pensó que estaba haciendo a su JiMin feliz, creyó que con su simple corazón se conformaría y dejaría de lado sus sueños ambiciosos y llenos del éxito que siempre parecía tener presente, a pesar de que no era su intención hacerlo elegir entre su felicidad propia, con una en la que compartirían ambos.

Él era el verdadero egoísta. Limpio bruscamente sus mejillas cubiertas de lágrimas para luego encarar a todos en la iglesia.

-Lo lamento- fue lo único que pudo decir cuándo su madre intentó acercarse a él.- Pero no puedo dejar de ser ese maldito egoísta que has descrito de la noche a la mañana Taehyung, por esa misma razón quiero que le digas a JiMin que así como se fue a buscar su felicidad, me permita hacer la mía sin él, sé que es ridículo que lo diga; probablemente él jamás vuelva, pero si lo hace dile que no vuelva a buscarme; que todo aquello que al parecer inventé se acabó-camino a paso lento hacia la salida.

La vida estaba siendo injusta, siempre era de esa manera. Solo deseaba de corazón que JiMin fuese feliz, así en su vida ya estuviera él.

-Dile todo eso por favor, pero lo más importante, dile que así como dejó todo de lado yo me permitiera hacer exactamente lo mismo.

Sabía que estaba siendo patético, pero era como se sentía, no quería que nadie en ese maldito pueblo lo lamentara, no quería a nadie cerca porque al parecer todos ya lo sabía, todos sabían que JiMin no quería casarse, prefirieron guardarse para sí mismo su desgracia y después verlo caer, no les daría el gusto. Desde ese punto, en adelante estaría solo porque no se permitiría ser el causante de lástima de absolutamente nadie.

Con eso en mente, tomo un taxi sin rumbo fijo, solo tenía algo muy presente, no huiría.

No tenía por qué hacerlo.

Al llegar a su casa, tomó una pequeña maleta de color amarillo con bonitos decorados de flores y estampados de encaje alrededor, aún le parecía demasiado escandalosa pero era bonita, era la misma que le había regalado JiMin el día de su cumpleaños.

-En esta maleta guardarás tus cosas el día en el que nos mudemos a nuestra casa propia- le había dicho aquel día lluvioso.

Al recordar aquellas palabras, el enojo y el odio se apoderaron de su ser, lágrimas brotaban de sus ojos oscuros, ahora había una diferencia con las lágrimas que había derramado tempo atrás, lloraba de impotencia, lloraba de desilusión.

Y no hay peor cosa que ver a una persona de corazón puro, rota. Sin más salió de su casa, desde ese momento supo que todo había acabado y no sería lo mismo, sus ganas de sonreír y dar amor se habían ido, al mismo tiempo que nadie lo había mostrado esa tarde con él.

⏳️...........⌛️

Ya había pasado una semana de lo ocurrido y lo único que hacía era llorar día y noche y por más que lo intentase era imposible aliviar el dolor que sentía en el pecho. También había pasado una semana en la que no había tenido comunicación alguna con sus padres y mucho menos con los de JiMin, no estaba listo para regresar y tal vez nunca lo estaría, per lo que tendría que adaptarse a los hechos y valerse por sí mismo como siempre ha sabido hacerlo.

No volvería a su antiguo hogar porque al hacerlo tendría que encarar a sus padres y era lo último que quería hacer.

Tuvo que buscar una pequeña casa en la cual pudiera habitar alejado un poco de tantos problemas, afortunadamente no fue nada difícil encontrarla, pues una de las señoras que lo había ayudado el día de su boda se había ofrecido ayudarle, jurándole no hacerlo por lástima ni pena, realmente lo agradecía. Esa misma mujer le había rentado un bonito local cerca de la plaza del pueblo para que pueda emprender en lo que quiera, no podía estar más que agradecido, cloro que tendría que pagar por la renta de la casa así como la pequeña tienda y estaba bien con eso.

La mayoría de las personas en el pueblo pretendían actuar como si nada hubiese pasado y era algo que lo hacía sentir un poco extraño.

El ambiente que se respiraba en el pueblo era un poco tenso, sin embargo las labores que se realizaban día a día no parecían afectar en lo más mínimo, a pesar de tener una economía estable la mayoría de las personas,  nunca  creían que estaba demás asegurar un fuerte capital por si en algún momento se llega a necesitar.

Las desgracias están el vuelta de la esquina.










Y era algo que muy bien sabía.


Actualización queridas mías jsjs

Wait For Me - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora