Noches en Portugal [+18] ✔️ (COMPLETA)

SEIS | SOLO QUÉDATE. SOLO TE PIDO ESO

«Estaba en problemas... Y muchos después de aquel beso con él»

Nika.

El sonido de la calle era lo único que se escuchaba dentro de aquella camioneta verde y antigua.

Tras el beso, Nika y Jeremy decidieron irse y no hablaron en ningún momento del trayecto. La joven estaba muy callada y extraña, y no hacía falta ser investigador para saber el motivo.

Jeremy la conocía muy bien y sabía que es lo que le ocurría.

No dejaba de pensar en aquel increíble beso que se habían dado los 2 en aquel barco, bajo las estrellas. Pero a la vez se arrepintió, porque no quiso en ningún momento hacerla sentir incómoda y más ahora que estaban volviendo a llevarse bien.

Jeremy la miró unos segundos, observando como esta miraba la ventanilla del coche, pensativa. Se sintió triste, porque quería volver a ser su novio, quería tener el valor de decirle que la amaba y despertarse cada día y verla a su lado. Pero aquello era mucho pedir y sabía que iba a ser muy complicado que ella volviese a confiar en él.

Nika estaba muy distante, sabiendo que estaba tan enamorada como la última vez y eso le daba miedo. Descubrirlo fue peor para ella, la cual estaba en silencio en aquel coche, sin poder ser capaz de mirar a Jeremy a los ojos.

Cuando llegaron al apartamento, ambos subieron las escaleras, nuevamente, en silencio, hasta que llegaron al piso en el que ella se hospedaba.

Y pensar que hacía tan solo unas horas estaban disfrutando de una agradable cena en aquel barco. Ahora Jeremy luchaba por poder sacarle alguna frase o alguna mueca. Pero nada.

Quiso decirle algo y al mirarla, lo hermosa que estaba, con su cabello suelto y ondulado como acostumbraba, dio un paso adelante para poder decirle algo. Pero para su sorpresa y tristeza, ella dio 2 atrás y le dio la espalda.

—Nika... —susurró, angustiado por ver como la chica que amaba se alejaba de él.

—Creo que mejor será descansemos esta noche —murmuró y él asintió, dándole todo el espacio necesario.

La joven abrió la puerta y la cerró seguidamente, cerrándole la puerta en las narices a Jeremy.

Él, en cambio, se quedó un largo rato allí, dubitativo si tocarle para que volviesen a hablar. Pero sabía que ella no le abriría y no sería buena idea abrirle la puerta por segunda vez con la copia de la llave que tenía de todos sus pisos.

Jeremy se acercó a la puerta, la rozó con sus manos y luego trató de apartarse para marcharse, evitando pensar en aquel increíble beso que se habían dado media hora antes. Pero le fue imposible y más dolor notaba en su pecho.

Dio media vuelta y subió las escaleras para llegar a su increíble ático solitario, desabrocharse todos los botones de su camisa y dar vueltas por todo el lugar.