Rindiendome Cuentas

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Hace un montón que no escribo sin sentir que tengo lágrimas de plomo colgando de mis ojos.
Hoy puedo decir lo contrario y aunque se que es particularmente bueno, conozco el ciclo de memoria.
Me siento más sobria con las palabras, y más confiada en mis propios pensamientos. Si alguna vez lxs descalificaron tanto y tantas veces que llegaron a pensar que algo andaba muy mal en ustedes, y nunca encontraron la respuesta de que era, entenderán de lo que hablo. Por suerte soy bastante autodidacta, (más que una virtud, a veces es contraproducente) y puedo determinar con la mayor de las certezas, dejando explayado esto por si necesito recordarmelo; no existe motivo que justifique el maltrato, y abuso de poder. Unx le ve la cara a la angustia cada vez que se pregunta porque nos maltrataron, destrataron, tratando de buscar culpa en nosotrxs mismxs. Y las preguntas se reproducen constantemente:
-¿Por qué me trató asi?
-¿Por qué me hizo eso?
-¿Por qué deje que esto pasara?
No hay una respuesta.
No hubo motivos.
Ni justificación que le reste peso a ese dolor.
Hiciste lo que pudiste con lo que tenías a tu alcance, con los pocos recursos que tenías en ese momento.
No podrías haber hecho otra cosa.
Y no, no tenes porque responsabilizarte y tratar de entender algo que no tiene razón de ser.
No vas a escuchar lo que querés escuchar.
No hay una historia conmovedora detrás de todo el daño hecho que pueda valer la pena descubrir.
Ni aunque te pongas en su lugar vas a poder entenderlo, porque la mente del otrx es imposible. No hay acceso.  No hay respuesta que te alivie.
No todo tiene que tener una respuesta, y esta bien no comprenderlo todo. Está bien.
Pero que nunca se te olvide, que tuviste razón. No estabas loca.
El cuerpo no miente. El cuerpo habla por vos. Prestate atencion. Mirate.
Ahí, estás vos.
Y céntrate en eso.

El dolor de haber sido Lolita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora