Recuerdo que adoraba que me hagas esperar.
Esa incertidumbre que me rompía el alma.
Tocabas mi falda con tu mano de manera intencional y entonces dejabas tu huella en mi piel
para hacerme saber que al menos, sentías algo por mi.
Los llamados que no sucedían.
Las preguntas sin respuestas.
Los celos provocados para dejarme en claro que estaba a tus pies.
La duda como tu arma de seducción.
Las peleas sin sentido.
Las miradas que suplantaban a los diálogos.
El ruido que hacia la puerta cada vez que la cerrabas, que avisaba de antemano lo que iba a suceder.
La canción que me hacía dormir recordando tus manipulaciones.
Y tantos actos de desamor que potenciaban mi deseo de ganarme tu amor.
Y si para eso, había que llorar noches enteras al lado de una amiga ,de esas, que te hacen de pote de helado, el plan era perfecto para vos.
Me acuerdo de todo eso y me acuerdo que tantos abusos se volvían un desafío caprichoso que sin importar cuánto tiempo ni de qué manera, yo iba a ser capaz de darlo vuelta.
O eso anhelaba.
Cuando tenía quince años, no sabía lo que quería,y aunque me doblaras la edad, tú inmadurez hacia pareja con la mia.
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El dolor de haber sido Lolita.
No FicciónEsta es mi historia. Quizá también una manera de canalizar esta furia que me rompe en el pecho. Podrán encontrar compilaciones de textos y poesía propios, e incluso quizás lo utilice a manera de blog. Las experiencias que contaré serán crudas y h...