Déjate Amar (Milo & tu)

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Narra _____

Estaba muy aturdida, solo sentía que las lágrimas bajaban, me sentía mal, me sentía culpable, el primer día que decido de darme un descanso del mundo, ella tiene una recaída, no lo podía creer.

Al llegar, baje del auto y fui directo a emergencias para preguntar por mi hermana, pero al entrar vi al doctor Johnson y fui hasta donde él, me miro con una cara que me daba a entender que estaba muy mal lo que pasaba, lo sabía.

--Doctor ¿Cómo esta Sarah?
--_______, te tengo que decir la verdad, Sarah no está nada bien sus defensas están muy bajas y se ha empezado a ver en la piel unas machas no muy grandes, pero se notan que se forman por la leucemia, los tejidos se irán descastando y se formara una especie de yaga, y es algo que hay que tratar con mucho cuidado
-- ¿La puedo ver?
--Sí, pero está en la UCI y tienes que tener mucho cuidado al entrar
--Bueno, pero ya quiero ver ya
--Acompáñame

Mire a Milo que estaba junto a su mamá y camine con el doctor, me puse un traje azul y entre, cuando la vi me dio mucho dolor, estaba con una máscara que la ayudaba a respirar y con sueros en sus venas, me senté a su lado y la vi muy pálida y eso me hizo recordar la primera vez que la vi así, era tan pequeña y tan indefensa que me daba miedo cualquier cosa que podría pasar, me daba temor que ella no pudiera salvarse y luego de tanto aún sigue conmigo, pero el temor no se ha ido, sigo con el miedo de que le pueda pasar algo, tengo miedo de que un día despierte y no la tenga más a mi lado, ella es mi todo y sin ella no sería nada.

Luego de un rato me mandaron a salir y fui a la sala de espera, en donde aún estaba Milo, su mama ya no estaba, seguro la mando a irse a casa. Cundo Milo me vio se paró hasta donde yo estaba y comenzó a preguntar por Sarah, yo le respondí lo poco que sabía de su salud, él no pregunto mucho más y me abrazo y me dijo que todo estaba bien, que no me preocupara, que ella era fuerte y podía con eso, yo solo estaba llorando en su pecho, era mucho para mi princesa, era mucho para una niña, y aunque yo no quería reconocerlo sé que ella no aguantara mucho más, sé que sin un trasplante de medula ósea sus días están contados.