Capítulo 57- Deseos.

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Nicole...

Deseos.
Esas cosas que todos pensamos que algún día pasarán, y que si creemos en ellos con fuerzas, al final si ocurrirán y se cumpliran.

Pero no siempre es así, no siempre todos los deseos se cumplen, como es mi caso.

Yo deseaba que Cameron se recuperara, que existiera alguna cura milagrosa con la cual me pudieran decir que tendría a mi principe toda la vida. Pero me equivoqué, mantuve falsas esperanzas dónde no debía mantenerlas. Creyendo que él se recuperaría, y aunque no tocaba mucho el tema de su enfermedad, y honestamente él ya está muy mal, su cuerpo ya está demasiado débil, por la

Aún recuerdo el primer día en el que llegué, su sonrisa, sus ojos brillantes al verme, sus cálidas palabras en la feria, en mi habitación, y en cada momento de mi primer día. O cuando me preguntó si podía ser mi novio, sus emotivas palabras, nuestro primer baile juntos, y el primer beso de ambos.

Tantos momentos, tantas palabras, tantos sueños que teníamos juntos. Y ahora ni una sola cosa prometida se cumplirá.

Viviremos en la Luna, y tendremos 3 hijos... ¿Qué te parece?

Te prometo que mientras esté en mis manos, siempre estaré para ti.

Es increíble como una enfermedad puede arruinarle la vida a tantas personas al mismo tiempo, no solo se la arruina al paciente, también a todas las personas que lo rodean. Un día estás feliz con esa persona, y al otro estás a un lado de él, cuidandolo rezando porque el último momento jamás llegue.

Ahora mismo estoy con Cameron, en mi habitación, él casi dormido y yo a su lado reflexionando sobre la vida, con la mirada perdida, y con ganas de hacer casi nada.

—Princesa...

—Dime, príncipe, ¿necesitas algo?, ¿te sientes mal?

—Estoy bien, tranquila. Pero necesito pedirte un favor.

—Si, lo que tú quieras, dime. —Él de pronto se levanta de la cama, lo hace despacio obviamente, pero no lo detengo, se pone a un lado de ella y extiende su mano en señal de invitación.— Ven conmigo. —Indicó con una sonrisa.—

—¿Estás loco?, necesitas descansar.

—Por favor, Princesa. Dijiste que me harías un favor, y necesito que vengas conmigo.

—Está bien, pero después regresamos a la cama, ¿si?.

—Lo que tú digas, princesa. —Él caminó hacia su escritorio, y tecleó cosas en su computadora. De pronto comenzó a escucharse nuestra canción, la primer canción que bailamos, "I knew i love you", de los Savage Garden. Recuerdo haberla bailado con él la noche en la que me preguntó sobre si podía ser mi novio. Y hoy, después de meses estamos aquí viendola a escuchar.— ¿Me concederías está pieza?. —Preguntó mientras me ofrecía su mano con una sonrisa coqueta.—

—Oh, por supuesto que si. —Tomo su mano y él me junta a su pecho, pone sus manos en mi cintura, su cabeza sobre la mía y yo abrazo su espalda.

La canción sigue mientras él y yo bailamos al compás de la melodía, puedo sentir en mi cabeza como su respiración está acelerada, y al estar en contacto con su pecho, siento como trata de ocultar su respiración agitada pero no lo logra.

La canción sigue y sigue, y él y yo permanecemos en silencio, disfrutando de nuestra presencia y yo tratando de grabar en mi mente lo mejor que puedo este recuerdo para siempre tenerlo presente.

Sé que el día en el que me tenga que despedir de él algún día llegará, y trato de prepararme para ello, por eso disfruto estos tipos de momentos, aunque son pequeños, con él lo son todo, son lo mejor del mundo, y son lo único que necesito.

Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora