El fruto que ofrece el amor

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Escondido en mi interior

te doy de comer y beber,

te mezco como en una cuna,

y me agrada tenerte todo el tiempo.

Sé que tu eres mío,

pero tú aún no te has percatado.

Pronto vivirás para tenerme,

y yo para tenerte.

Una nueva vida viviremos

y reinará la felicidad ante nosotros.

Mi vocabulario es demasiado pobre

para decir todo lo que siento,

pues mis palabras se quedan cortas

para decir todo lo que quiero.

Te he sentido crecer

y me he dado cuenta de tu habilidad

por hacerme notar que estás,

mi alimento te sustenta

y puedo notar que te hace sonreír.

Me muero por ver tu cara,

tus manos, tus pies, tu cuerpo.

Tocarte y darte caricias,

protegerte todo el tiempo.

Sé que mi interior es bueno para ti,

pero debes salir de ahí.

La sangre que nos une,

y el hilo que nos junta

es lo que nos hace uno.

Eres mío para siempre

y con eso ya te quiero,

pues no has nacido todavía

y yo por ti ya muero. 

Pasión por las palabras, amor por la poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora