El placer del pecado

47 3 0
                                    

Los dedos de tus manos

rozan la firmeza de mi piel,

así siento tu tacto cómo arde en mi ser.

Las descargas de energía alteran mi organismo

provocando la llegada de un audaz abismo.

Esta noche te veo a oscuras,

imaginando el cuero sobre tu cuerpo,

esperando a que inicies el juego.

Alteras mi piel con tu mirada:

felina y audaz como tus ganas...

Tu roce eriza mi cuerpo,

me eleva a una descarga de locura

que sólo se puede curar cuando tu lengua

recorre con blasfemia mi cobertura.

Déjame sentir esta noche

la pasión con la que tus dedos

envuelven mi ser.

Olvidémonos que afuera hay un mundo

y crearemos el nuestro propio:

el de los sentidos y los olores,

el del tacto y los sabores.

Que tu cuerpo es un manjar para mí

que no quisiera compartir.

Hazme tuya esta noche y verás

como tus deseos se hacen realidad.

Déjame demostrar lo que mi cuerpo te puede dar,

y cómo te puede complacer,

pues tus ganas de querer

son las mías de darte placer.

Vienes a mí como el salvaje

que me gusta ver.

Yo no me escondo,

por el deseo que tengo

de meterte no poco...

Tu lengua quema en mi cuerpo

¿Eres tú o soy yo la que tiemblo?

Siento un aura alrededor

que se crea cuando me das tu olor.

Mmmm… saboreo el aroma

que hierve mi sed.

Cuanto más me das

más quiero otra vez.

Hazme tuya y no me dejes,

Hazme tuya y yo me quedo.

Que esta noche no sea la última,

que no podría resistir perder tu locura.

Haz conmigo lo que quieras.

Ordena por esa boquita y

me convertirás en tu

más preciada presa.

Sonríe con fuerza y no pierdas el aliento

que yo quiero tenerte conmigo dentro.

Bésame y hazme tuya,

demuéstrame que eres mi dueño

sólo esta noche…

que mañana te ataré a mi cama

para demostrarte que yo soy tu ama.

Pasión por las palabras, amor por la poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora