Era finales de noviembre de 2019,
en una tierra del lejano oriente.
Como una ola revoltosa generó un gran sunami
arrasando cada país con su nado.
El virus se propagó por el aire
entrando sin ser invitado.
El mundo cegado por lo que estaba pasando
se dejó llevar muy despreocupado.
Han bastado tres meses para que llegara
a girar por todo el globo
convirtiéndose en el rey de todo,
como un huracán recorrió cada tierra
saltándose cada frontera.
No somos nada en esta era.
El mundo está parado por su llegada,
esperando a que desaparezca,
esperando que no se lleve a nadie más,
esperando en la madriguera
a que pase la marea.
Ha generado miedo, ansiedad y tristeza,
se ha llevado a nuestros mayores,
a nuestros amigos,
a nuestros padres, madres
vecinos, vecinas,
hijos, hijas
maridos, mujeres.
Familia.
La vida se ha complicado para muchos
que no saben qué lugar ocuparán,
y a pesar de si podrán pagar sus facturas,
su única preocupación es
si vivirá, si vivirán porque:
No somos nada en esta era.
Todo se ha vuelto del revés,
los que se creían superiores
están en su jaula de cristal,
mientras que los que creían inferiores
les están dando un manjar.
Cualquier ayuda es poca para la sanidad,
algo de lo que se quiso recortar,
muchos fueron los que quisieron entrar,
y por una oposición tuvieron que optar.
Tantas trabas por las que pasar,
para las que hoy se pueden saltar,
porque dos manos hacen más que una,
porque mi vida ahora está en las suyas.
No somos nada en esta era,
el coronavirus se la lleva.
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Pasión por las palabras, amor por la poesía
PoetryRecopilación de poemas y pensamientos sobre distintas cosas de la vida. (Se irán añadiendo más)