La ausencia que me dejas

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Una extraña ansiedad se apodera de mí,

ocasionada por tu lejana ausencia.

El dolor por perderte

es el consuelo del que puede tenerte.

Después de una incierta soledad,

me acuno en la nostalgia

de no poder sentirte, de no poder tenerte;

de quererte y no poseerte;

de perderte y no encontrarte;

de haberte tenido y no poder saciarme.

Te vas sin despedirte,

y me olvidas enseguida.

¿Cómo me pierdo en la oscuridad?

¿Cómo me olvido de tu perfume?

¿Cómo me pierdo en el silencio de tu ausencia?

Si no se puede respirar cuando no te veo,

si no se puede vivir si no te tengo.

No me digas que todo fue un juego,

ni me vengas con disculpas por no sentir lo mismo.

¿Qué me he perdido en el camino?

¿Qué me he obviado en este tiempo para que no me veas igual?

¿Qué he dejado de tener que ya no tengo?

Pídeme una vida, y yo te la daré.

Pídeme un mundo y yo te lo crearé.

Pídeme las calles, las tierras, los montes,

el agua tan necesaria para vivir,

la luz del sol y los sueños que te da la luna y yo te los daré .

Si no te tengo, me estremezco y me  vuelvo pequeña,

si te piedo es como si no tuviera alma.

No te olvides de mí en la distancia,

y sobre todo:

no dejes de pensar en el pasado

si no vas a tenerme en el mañana.

Pasión por las palabras, amor por la poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora