𖥻𝟬𝟬𝟭 ˒ i'm bad at keeping my emotions bubbled

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Si había algo de lo que Romeo se enorgullecía sobre sí mismo, era su madurez comparada con la del resto de sus compañeros.

Gracias a que fue forzado a crecer más rápido que los demás, él podía ver la infantileza de unos, la codicia de otros, y la ingenuidad desde un punto de vista preciso e imparcial.

Debido a su madurez, él sabía reconocer sus propios defectos sin vergüenza. Sabía que era frío y no dejaba a nadie conocerlo íntimamente. Le tenía miedo a ser vulnerable, a que conocieran quien realmente era- un chico asustado, con ansiedad y demasiados problemas.

También sabía que podía llegar verse un poco vanidoso.

Y realmente no era su culpa, él claramente era guapo y sí podia, él lo hacía. No era inconsiente de las miradas que atraía en los pasillos, ni de las chicas que se le acercaban tratando de saber algo sobre él con la esperanza de ser la suertuda que pudiera estar con él.

A él no le importaba mucho, lo agradecía. Le agradecía a su madre por los buenos genes - porque su gracia no la había sacado de su padre, eso era obvio.

Piel oscura, ojos tan negros como su cabello rizado, hombros anchos- algo que tenía debido a largas horas de trabajo, no se quejaba. La frialdad y seguridad con la que hablaba- y esa voz gruesa pero dulce- para las chicas de su preparatoria era como tener un modelo en los corredores.

Toda su vida había usado su belleza y sexualidad para conseguir cosas, no era algo nuevo, no era tan ingenuo para pensar que alguien realmente quisiera conocerlo. Hacerlo hablar solo era un bonus del paquete que ellos buscaban.

Pero no se quejaba, porque atraer mala atención es mejor que ser ignorado. Él sabía bien eso.

De todas formas, dentro de clases, él no hablaba con nadie más. Era cortés con los profesores, así que tenía una buena imagen, pero si alguien no era importante o valioso de su tiempo, él no necesitaba prestarle su atención.

Se preocupaba bastante por su futuro. Planeaba que al terminar la preparatoria, él cursaría la universidad en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Era una meta demasiado grande para una persona como Romeo pero también se consideraba a sí mismo como una persona exitosa. Cuando se ponía una meta a si mismo, la iba a lograr de algún modo- no había reglas ni código penal por tomar atajos para lograrlo.

Verán, la situación económica de Romeo no era la mejor. Su padre hace ya un año, se había jubilado de su trabajo que lo mantenía desde hace treinta y cinco años. La paga era miserable pero ayudaba un poco a su situación de ambos. Ahora, su única fuente de ingresos era su pensión y siempre terminaba desperdiciada en licor.

Gracias a esto, Romeo tenía que trabajar de cuatro de la tarde a una de la mañana y aún así, no le alcanzaba el dinero.

Lo que ganaba, la mitad se iba a sus ahorros para el ITM, otra parte a su colegiatura, un tercio a los pagos de la casa- en los cuales estaba muy atrasado-, y el resto los gastaba en comida para él y su padre.

𖦹 𝘐𝘋𝘞𝘛 , peter parkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora