- Í-Índigo...- Violeta se sonroja debido al comentario y le llama la atención a Índigo mientras gira la cabeza y aparta la mirada.
Índigo mantiene una sonrisa de oreja a oreja con los ojos cerrados mientras sirve el té, no crees que sea la mejor idea hacer eso mientras mantiene los ojos cerrados.
Después de eso hay más conversación, ahora que algunas de tus dudas ya han sido resueltas y tus pensamientos están algo más aclaradas, eres algo más activo en la conversión, aún así tampoco es nada más que una charla tranquila, como si la situación en la que os encontráis fuese algo común. Te preguntas si han hecho esto más veces, prefieres no arruinar la charla con un asunto serio y preguntar después, en otro contexto más adecuado.
Terminado el té Violeta se levanta para recoger las tazas y le pide a Índigo que te lleve a su estudio y esperéis ahí por ella.
Índigo se levanta y te hace un gesto con la mano para que vayas con ella. Tú la sigues. Ella sube las escaleras hasta el último piso, que resulta ser una pequeña torre, ahora te preguntas como será la casa vista desde fuera, de nuevo reprimes la pregunta.
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El estudio de Violeta es una habitación algo grande, supones que será así para poder practicar hechizos hechizos, las pequeñas y coloridas manchas que se esperen por la habitación apoyan tu teoría.
- Hemos intentado sacar las manchas, después de muchos intentos fallidos decidimos dejarlas como decoración.
Índigo se escusa, debe de haberte visto mirando mucho las manchas.
En la mayoría de paredes de la habitación hay estanterías, menos la de la puerta y la del frente de la habitación, esta tiene algunas ventanas. Justo en frente a la pared frontal hay un atril, Violeta debe de usarlo para aguantar libros de magia, o algo parecido.
Escuchas algunos pasos detrás tuyo, Índigo se mueve hasta la pared derecha y desliza una estantería para descubrir una ventana, ella se mueve a la pared izquierda y hace lo mismo.
- ¿Te molesta la claridad o dejó las ventanas abiertas?
- ¿Si me estoy escondiendo no sería mejor cerrarlo todo?
- No te preocupes, no suele pasar mucha gente por aquí, de todas maneras podemos hacerte pasar por una criatura sin rasgos inhumanos, por ejemplo, a mi no se me nota tanto el no ser humana. - Índigo mantiene una pequeña pero alegre sonrisa.
- Oye, Noah, ¿Podrías ayudarme a colocar una mesa?
Mesa? La Sala te parecía vacía al principio, ahora ves porqué.
-Sí, claro.
Sigues a Índigo hasta una estantería, ella coge un libro y lo pone en el atril, automáticamente un polvo rosa pastel inunda la habitación. Cuando el humo se disipa ves cuatro mesas repartidas por el cuarto.
"Parecen las mesas del parque cerca de casa..." No han pasado tanto tiempo aquí, pero ya extrañas tu hogar.
- Bueno, solo nos hacen falta una, así que vamos a poner dos mesas juntas, no necesitamos las otras, pero no deberían estorbar demasiado, podemos dejar las donde están.
Índigo se aleja del atril y camina hacia las mesas más cercanas a este, tú la sigues.
- ¿Puedes mover la mesa de al lado hacia el centro? Yo haré lo mismo con esta.
La mesa es grande y aunque puedes moverla sigue siendo algo pesada. Una vez tu mesa está más hacia el centro, y no a un lado, Índigo mueve la suya. No puedes negar tu sorpresa cuando Índigo mueve la mesa como si fuera de cartón y la une con la tuya.
- ¡Buen trabajo! Por aquí hemos terminado, solo nos queda esperar a Violeta.
Índigo mantiene una pequeña sonrisa y golpea el sitio a su lado con la palma de la mano, indicándote que te sientes con ella.
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El bosque | Original
FantasyNuestro protagonista se perderá en un lugar al que nunca debió haber entrado. Afortunadamente, tendrá ayuda en su huída. ¿Logrará salir con vida? ¿Será su trabajo, y el de sus compañeros, por lograr que escape un simple esfuerzo hecho en vano?