Capitulo 26

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Los demás se quedaron observando la escena mientras Takeshi y Kikyo se alejaban cada vez más. Luego vieron como serpientes cazadoras de almas se acercaba al lugar para ayudar a Kikyo.

-la última vez que nos vimos lucias débil, ¿por qué no dijiste nada? todo este tiempo te estuviste exigiendo demasiado.

-¿Viniste a reclamarme?-

-Cuando estaba con mis hombres aunque era su general, todos podían venir a apoyarse en mí. Siempre quise que entendieran que la unión hace la fuerza y aquí no es la excepción, Kikyo-

La sacerdotisa quedó en silencio mientras recibía las almas de sus serpientes. Takeshi se sentó frente a ella, acompañándola en su proceso porque quería que sintiera que ya no tenía que estar sola. Takeshi veía en Kikyo a alguien que había pasado lo mismo que él y por eso se sentía identificado con ella, no era un sentimiento romántico el que había... era más como un sentimiento de amistad duradera el que estaba surgiendo o quizás no tanto. Kikyo sabía que algún día tendría que partir de este mundo ya que ella solo era un cadáver.

-Naraku vino y nos atacó. Creí que podría proteger a Kohaku y su fragmento-

-Y así fue, el chico no tiene nada-

- El objetivo de Naraku es matarme para así apoderarse del último fragmento y si eso sucede...- Kikyo pareció dudar en decir lo que en su mente se estaba manifestando. Takeshi lo noto.

-Kikyo...- Takeshi manifestó sorpresa en su rostro pero luego lo cambio a uno más serio- Viéndote aquí con esta gente, la hermana del chico y ese... híbrido, ¿Que relación tienen tú y Kagome?-

Kikyo ni siquiera volvió a verlo al escuchar el nombre de su reencarnación, más bien su rostro cambió a uno frío.

-Ella es mi reencarnación de un futuro lejano-

-¿qué?- Takeshi se sorprendió, miles de preguntas rondaban en su cabeza. ¿Futuro? ¿Era acaso posible eso?-

-Ella es la única que puede tomar mi lugar cuando muera y es por eso que su vida se encuentra en peligro ahora. Hubo un momento en el que tomé una decisión equivocada con respecto a ella pero ahora... es diferente-

-¿porque es diferente?-

-Tú me hiciste ver que estaba tomando el camino equivocado-

Takeshi no supo que responder pero a la vez se sintió un tanto feliz de que ella estuviera expresando tan abiertamente con él.

-Oigan, ¿Qué traen estos dos?- pregunto el pequeño shippo a sus compañeros.

-No lo sé Shippo- le respondió el Monje.

Sango guardaba silencio mientras sostenía la mano de su hermano con la esperanza de que este despertara. Reflexiono sobre las palabras que le había dicho el General sobre Kikyo, quizás si había sido un poco cruel con la mujer.

-Tranquila, pronto despertará- El monje se acercó a su compañera tratando de hacerla sentir mejor.

-Lo sé, es solo que estuve pensando... ¿cree que fui muy desconsiderada con ella?-

-Tenemos razones para dudar de la señorita Kikyo. No seas tan dura contigo misma-

Sango era una mujer que había pasado por muchas cosas y no quería tener más arrepentimientos en esta vida. Camino a paso seguro hacia Kikyo hasta que pudo hacer contacto visual con la joven sacerdotisa.

-¿sucede algo?- preguntó Kikyo.

-Solo vengo a agradecerte por salvar a mi hermano-

Takeshi le dedicó una sonrisa a Sango en señal de que sus sentimientos habían sido recibidos de forma adecuada. La exterminadora pronto se marchó dejando a Kikyo con un sentimiento nuevo en ella. No era la primera vez que hacía lo correcto pero justo ahora se sintió diferente.

El destino de KagomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora