❝ (𝗜𝗻)𝗳𝗼𝗿𝘁𝘂𝗻𝗶𝗼 ⌜ ɪᴅᴠ - ɴᴀɪʙᴇʟɪ ⌟

Epílogo

Para la segunda semana de julio, la última de las cajas estaba empacada, solo necesitaban cargar su colchón y desarmar su cama. Entonces sería el momento de decir su último adiós y hacer su viaje por carretera.

—Está bien, levántala en tres. —Le decía Naib a Luke, quien sostenía el otro lado del colchón — ¡Uno, dos, tres! —Inclinaron el colchón en ángulo preciso para sacarlo por la puerta. Mientras lo hacían, un trozo de papel doblado que había quedado atrapado en la tela acolchada se despegó y flotó hasta la alfombra, aterrizando junto a los pies de Hunter.

— ¿Eh? —Naib frunció el ceño ante el papel sin explicación — ¿Qué es eso?

El omega lo recogió y lo desdobló. Decía, en letra negra descolorida en una página blanca arrugada: "Esta carta es una confirmación de que su proceso de reconocimiento ha finalizado satisfactoriamente por razones de [Presentación Omega]. Guarde este documento en su registro.".

Hunter resopló y sacudió la cabeza —Nada importante. —Respondió con una media sonrisa a su alfa —Solo algo que pensé que necesitaba conservar. Ya no importa. —Arrugó la carta en una bola y la arrojó casualmente a la papelera de la habitación — ¿Quieres que te ayude con una de las cajas llena de libros?

Tardaron otra media hora en subir todo al remolque y el coche. Hunter sonrió mientras Ganji y Luke discutían sobre la mejor manera de ayudar a amarrar las cajas para que no se movieran. Por el rabillo del ojo, vio que Naib movía a Norton a otro lado, más privado. Tenía una mano sobre el hombro de su amigo, y Hunter podía decir un poco por su lenguaje corporal que le estaba dando un poco de ánimo, tal vez dándole un consejo de último minuto mientras le entregaba oficialmente el papel de líder de la manada. Luego, los dos compartieron un fuerte abrazo, dándose palmaditas en la espalda antes de frotarse las muñecas contra la garganta del otro por última vez, una última marca de olor antes de que se separaran, ya no como miembros de un mismo grupo. El azabache se preguntó cuándo se desvanecerían los olores mezclados, cuándo Naib y él solo olerían como el otro en lugar de la mezcla de todos.

Siguieron más abrazos, los alfas se turnaron para estrecharlo en abrazos aplastantes y presionar besos en su frente, estrechando a Naib en abrazos cariñosos y dándole sus mejores deseos.

—No se conviertan en desconocidos. —Insistió a los tres hombres —Quiero escuchar cómo van las cosas el próximo año, y definitivamente quiero escuchar que están comiendo sano. No comiendo pizza todos los días. —Los chicos se rieron y asintieron algo tímidamente —Y cuándo vayan a esa terrible fiesta y encuentren un o una pequeña omega perdida, más les vale que sigan siendo los mejores, los más amables y más solidarios alfas que sé que pueden ser. Si no lo hacen, sepan que cruzaré todo el país y les patearé el trasero a cada uno.

—Y yo ayudaré. —Continuo el nepalí —Aunque dudo lo necesite.

—No se preocupen. —Dijo Norton, su tono suave y serio —No será necesario patear traseros. Lo prometo. —El rubio se inclinó hacia adelante y le dio al omega un último beso en la parte superior de su cabeza y luego asintió hacia su mejor amigo —Cuídense mucho.

Cuando Naib encendió el auto, su lista de reproducción de viaje por carretera ya comenzaba a salir por los viejos parlantes del auto, le sonrió a su compañero — ¿Listo para irnos?

—Listo. —No miró atrás, solo hacia adelante. Listo para la nueva aventura que se avecinaba, solo para ellos dos.