Cap 3

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El sol brillaba con intensidad el día de hoy y  pesar de eso estaba haciendo una brisa muy fresca, casi no había gente en las calles a pesar del día tan bonito que hacía. Venía comiendo me unas palomitas dulces mientras caminaba por las calles de Ilia, eran las más o menos las diez y media de la mañana pero no estoy muy segura.

Salí a caminar un rato en la mañana para distraerme aunque teniendo cuidado de ciertas personas, bueno muchas personas me quieren muerta ya sea, porque les robé o porque metí la pata y es que los problemas a mí me abundan, como aquella vez que por accidente tire una bebida caliente encima de un mercenario pero yo no sabía quién era, Jony fue el que me salvó de aquella situación en la que aquel hombre estuvo a punto de clavarme su hacha en la cabeza.

Ese día si que estuvo de locos, porque después de eso me persiguió una vaca que ni idea de dónde salió, solo se que el animal casi me embiste y me persiguió por cinco calles seguidas.

Ensimismada en mis pensamientos y totalmente distraída, reaccionó gracias a un golpe en la frente.

–¿Tú otra vez?– Escuche mientras me sobaba en el lugar donde me había golpeado y tenía los ojos cerrados, y cuando los abrí vi a la persona con la que había chocado.

Era aquel chico de cabellos negros con el que había chocado ayer, la expresión de su cara me decía que no estaba contento de verme una segunda vez.

–Pues si, yo otra vez.– Respondí de manera odiosa, pero después mí vista se fijó en su armadura con el escudo del reino en el centro.

«Oh mierda.» Pensé en cuanto cai en cuenta de que era un soldado de Aradia.

Abrí los ojos como platos y el miedo de que me arrestara me invadió por completo. "Oh" fue lo único que formule después de aquella sorpresa me di la vuelta rápidamente para escapar pero...

–A no, no vas a ir a ningún lado.– el chico me agarró del brazo haciendo de mí huida improvisada un fracaso.

                                ***
Me había levantado de la cama está mañana con, técnicamente, buenos animos, me refiero a que mientras me alistaba para salir de mí casa, me resignaba a la misión de unos meses. Tampoco es como si me levantara con animos todos los días.

Y todo iba bien hasta que la ladrona del cabello rojo intenso chocó conmigo por segunda vez.

–¿Tú otra vez?– Pregunté irritado y con mí expresión le dejé en claro que no me agradaba su presencia.

–Pues si, yo otra vez.– Me respondió de la misma forma, pude ver cómo la pelirroja me escudriñaba con la mirada y cuando fijo la vista en el escudo de mí armadura, su expresión de irritación cambio a una de total sorpresa y también pude notar nerviosismo en la forma en la que se estaba riendo, la chica se dio vuelta con la intención de escaparse pero yo era más rápido.

–A no, no vas a ir a ningún lado.– le dije tomando la del brazo para detenerla, la chica se volteó para mirarme pero ya su cara demostraba algo de miedo mientras yo me mantenía serio. –Ayer escuche como esos hombres te llamaban ladrona, Tú vienes conmigo.

Un chico rubio con una túnica amarilla con detalles naranja, venía del lado del que venía la ladrona, y al parecer estaba leyendo un libro, cuando se nos aproximaba me aparte junto con la chica para darle espacio, ya que venía muy ensimismado leyendo. Di unos pasos para llevarme a la pelirroja y ella forcejeaba lo más fuerte que podía para poner resistencia a mí agarre y cuando el chico nos pasó por un lado derrepente una luz cegadora purpura nos envolvió a la chica y a mí seguido de un pequeño temblor que nos hizo caer y entendí que esté era un hechicero, pero de los malos.

El Secreto De Los Demonios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora