Capitulo XXI: Chupasangres

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ADVERTENCIA ⚠: Este capitulo contiene contenido sexual. Se recomienda discreción.
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Apenas salió el sol, su luz se metió furtivamente entre los centímetros que separaban a las cortinas marrones, de modo que cayeron sobre los ojos de Tonks, forzándola a despertar. Se levantó desganada, abrazó sus piernas quedando en esa posición un rato, solo para terminar de despertar, luego se paró de la cama y salió del cuarto sin ningún rumbo en mente. La única puerta semi abierta era la del cuarto de T/N, le fue imposible no comparar el “T/N Snyde” que estaba escrito en blanco sobre la puerta negra con el “Arthura” escrito en rojo en la puerta de la Madriguera.

Suspiró y entró al cuarto, nuevamente lo comparó con el que vio en la madriguera, este estaba más iluminado, no tenía cortinas en la ventana, la cama era espaciosa y estaba perfectamente tendida, sus almohadas blancas combinaban con la suavidad de las sabanas rojas, su escritorio era negro, con pocos cajones pero muchas repisas llenas de libros a la par, a diferencia de su cuarto en la Madriguera este no tenía un telescopio en la ventana. Mirándola bien se percató de que ni siquiera había un vidrio sobre alféizar. El escritorio no estaba abarrotado de notas y receñas de sus libros, tenía una pluma gris junto a la tinta negra, algunos papeles en blanco y un grueso libro de tapa completamente blanca, al abrirlo vio que no era un libro común, ya que en él se guardaban todas las monedas que Tonks había visto en el mueble de Arthura, todas perfectamente ordenadas por su año de emisión. Tonks sonrió, había encontrado un pasatiempo de T/N.

Cuando iba a dejar el libro en su lugar vio las esposas, brillaban enteramente a la luz del sol, excepto por un costado donde parecían tener sangre seca, la metamorfomaga dejó el libro y tomó las esposas para verlas más de cerca, efectivamente tenían un rastro de sangre seca.

T/N: Al menos ya sabes que no son un fetiche –musitó apoyada en el marco de la puerta, su voz era tenue, como debilitada–

Nymphadora se dio vuelta de prisa, dejando las esposas torpemente en el escritorio. Aunque la vampira le sonreía Tonks se dio cuenta que se sentía mal, pues no la miraba a los ojos, y esa mínima sonrisa era claramente desganada. Luego vio como se trataba de tapar el brazo con una mano, estaba sangrando.

Tonks: ¿Te lastimaron las cadenas? –preguntó, mientras se acercaba a chequearla, tratando que su voz no delatara su preocupación–

T/N: No realmente –dijo, sin mirarla a los ojos–

Tonks de inmediato tomó su brazo y se fijó en el sangrado, eran tres heridas claramente de mordedura, aunque no se parecían a las que había visto hechas por una dentadura humana.

T/N: A veces me pasa –musitó, mirando al piso– el deseo de sangre vampírica es tan fuerte que hay veces que me muerdo a mi misma –dijo, avergonzada– Siempre guardo díctamo en mi escritorio, venía por él pero... no esperaba encontrarte aquí.

Tonks sonrió, le acarició la mejilla dulcemente y buscó rápido el díctamo, lo encontró en una pequeña botella plástica y volvió a voltear en dirección a T/N.

Tonks: Quizá debas usar un bozal la próxima vez –propuso aplicando una gota de díctamo en cada herida–

T/N: No hay bozal que aguante a la mandíbula más fuerte del mundo –gruñó, mientras sus heridas se cerraban– Ya lo intentamos.

Apenas las heridas cicatrizaron, Tonks tomó un trapo que había en el mueble y limpió la sangre que le había manchado el brazo. Esto dejó a la vista otro montón de cicatrices en su brazo, algunas lo rodeaban completamente, en su mayoría eran rasguños.

Tonks: ¿Tú lo hiciste? –preguntó seria–

T/N: La mayoría no –respondió, bajando sus mangas– En el castillo yo era la única de mi especie con dentadura incisiva, así que muchísimos de mis semejantes intentaron mutar mordiéndome.

Monstrum [Nymphadora Tonks]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora