Al descubierto

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Capítulo tres

Como de costumbre los días sábados Levi recibía la visita de Farlan e Isabel, y este día no era la excepción.

Isabel era una duende risueña y llena de energía, Farlan era un duende pacífico y tranquilo, los tres eran diferentes pero eran buenos amigos sin duda alguna.

— ¡Levi! — un repentino abrazo por parte de la pelirroja hizo que casi cayera al suelo — ¡te extrañe tanto! — grito con energía restregando sus mejillas con el contrario en un gesto de cariño.

— S-sueltame mocosa— apenas y podía respirar por el abrazo, quería empujarla pero si lo hacía probablemente terminaría con un berrinche por la contraria.

— Ya, ya Isabel, matarás a Levi — Farlan rió mientras se sentaba en unas de las sillas echas de madera con un cojín echo de algodón.

La pelirroja sonrió apartándose.

— Ne' Levi — el duende prestó atención — ¿ah llegado un nuevo visitante? — pregunto la duende observando por el hueco como un humano castaño hablaba por teléfono.

— Tch, si, y con una gata fastidiosa — gruño al recordar la gata mimosa.

— Ufff, tan siquiera el humano no es tan ruidoso como la mía, todos los días se la pasa gritando y corriendo de aquí para haya — rió Isabel recordando como una castaña de lentes siempre se la pasaba así, hasta casi por un descuido la descubría en el cajón de galletas, pero no podían culparla, esas delicias eran una adicción.

— El humano que vive conmigo no, es tranquilo, se llama Marco y es un compositor de música — Farlan sonrió al recordar las melodías que hacia el pelinegro, le relajaba en sobremanera.

— ¡Oh! mi humana se llama Hanji y es una doctora — Isabel observo a Levi con sus ojitos brillando en curiosidad — ¿y el tuyo? — preguntó.

— Se llama Eren y trabaja haciendo dibujos — chasqueo la lengua recordando como días anteriores lo había visto solo dibujando.

Isabel y Farlan se encogieron de hombros restándole importancia.

[🌦]

El tiempo paso y los duendecillos tuvieron que irse a su hogar, Levi de nuevo se sentía solo, por lo que fue a espiar de nuevo al humano, esa era su distracción día a día, esta vez Eren estaba dibujando cosas raras.

A dos humanos besándose mientras se restregaban, sin entender se acerco más, el castaño estaba muy concentrado que no notaba al pequeño duende que estaba en el marco de la ventana con una mano en su cintura y una ceja alzada.

Una llamada hizo que el castaño dejara el lápiz de lado, se levanto estirando sus brazos al aire mientras iba por el teléfono.

— ¿Hola?

Levi bajo del marco y observó cada recuadro con genuina curiosidad, ¿eso hacían los humanos? ¿besarse y hacer tremendos actos caníbales?, no los entendía pero parecía que lo disfrutaban por sus caras, ¿el podría hacer eso? Se miro así mismo en el pequeño espejo que se encontraba en la mesa, no, no podía, no era un humano y era imposible.

De repente de un jalón fue levantado llevando su corazón hasta su garganta, observó alrededor con pánico, estaba colgando de su camisa favorita, levantó la mirada con rapidez, era esa gata que lo traía en el osico.

— ¡Suéltame gata pulgosa! —gritó tratando de zafarse pataleando, pero no podía, observó alrededor cuando la gata pego un brindó bajando de la mesa, no sabia a donde lo llevaba esa gata.

— ¿Qué quieres Shinu?

Oh no, se quedo como piedra al observar frente a el al humano, tiro de los bigotes para que lo soltara pero la gata estaba renuente, estaba asustado, era prohibido acercarse a uno y darse a conocer, era la regla número uno de los duendes.

Una bomba prendió en su cabeza, recordo a los muñecos de porcelana que tenía la anterior dueña, tal vez podía hacerse pasar por uno.
A

sí que se quedo quieto, no se movió, solo sintió que era tomado por una grandes manos, un estremecimiento le recorrió la espina dorsal, le gustaba ese tacto, más no se movió cuando sintió cosquillas por las manos del mayor

— Es un muñeco, pero... — lo observo bien, era suave, tenía un acabado delicado, el cabello se podía mover fácilmente y sentía que por alguna razón podía respirar, seguro estaba loco, será mejor que dejara de ver esos videos de YouTube sobre muñecos poseídos.

Pero de un momento a otro el "muñequito" río bajandole los colores de la piel, abrió los ojos asustado soltando al muñeco por la impresión, haciendo que casi se estrellara contra el suelo, ante eso Eren reacciono tomándolo entre las manos, si lo soltaba probablemente el muñeco diabólico quisiera vengarse y el próximo en estrellarse seria el, pero desde un quinto piso.

— ¡¿Q-qué eres?! — grito con preocupación y miedo adornando su rostro.

El duende azabache trato de huir pero no podía, soltó un suspiro observando los ojos del humano, podía sentir como su cuerpo vibraba por las manos temblorosas del contrario, trago saliva cruzando miradas con esos ojos verdes, olvidando por uno segundos en la situación en la que se encontraba.

— Son, hermosos... — susurro sacando una de sus pequeñas manitas para tentar el rostro del castaño, quien sin entender nada y con miedo dejo al azabache en una mesa.

— ¿Q-qué eres? ¿Me harás algo? — pregunto de nuevo con nervios retrocediendo y a la vez tratando de persinarse.

El duende miro al castaño aún sintiendo el calor de su piel chocar contra la suya, se sentía bien, pero no dijo nada, solo sonrió al ver hacer aquello.

— Soy un duende, y tú un humano, mi humano — camino alrededor de la mesa haciendo una seña para que se acercará, el contrario trago de nuevo saliva acercándose.

Levi camino hasta tomar la mano del castaño, una sonrisa se impregnó en sus labios e hizo lo que quería, se acurruco en su mano, era cálido y agradable.

El castaño miro al pequeño duende sin poder creerlo, lo elevo en sus manos viéndolo de cerca, si qué parecía un pequeño muñeco de porcelana, sonrió con ternura una vez que se calmo.

Talvez no seria tan malo tener a ese pequeño duendecillo, si es que no le hacia brujería.

JE0NPLUSS 🥀

Un pequeño duende [Ereri] ©iLAWJAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora