tres

9 3 0
                                    


Cigarette Daydreams - Cage The Elephant

Corro, no paro de correr, por ese prado repleto de margaritas.
De repente tropiezo, me caigo encima de esos cuantos miles de florecillas blancas que cubren ese verde césped.
Me río, cómo nunca antes lo he hecho, una sonrisa tan amplia que hasta me duele la cara.
Después lo veo a él.
Lo veo correr hacia mi dirección con lo que parece una sonrisa tonta en sus labios.

— Eres una inutil — dice mientras se tira a mi lado.

Lo miro y dejo de sonreír, la siento, esa especie de chispa; la chispa del... amor?

Se siente como una electricidad que recorre todo tu cuerpo hasta llegar a tu barriga y ahí se enreda entre tus órganos y produce esa sensación de nervios mezclados con ansia y deseo.

— Y tu eres mi persona de la realeza favorita — frunce el ceño, no le gusta el mote, pero sabe que a mi sí y por eso lo soporta -a duras penas-.

— Deja de llamarme Alexander, algún día se me ocurrirá un mote genial para ti y te encantará, te lo aseguro — me río de él — claro, tu ríe ahora.

Me río todavía más fuerte y me atrae hacia él y coge mis mejillas y me besa. Un beso suave, cargado de sentimientos.

————

Despierto.

Escucho repetidamente unos golpes, en la puerta supongo. Abro los ojos con mala cara, me levanto, Shyba ya no está conmigo; me pregunto cómo demonios ha bajado de la cama y ha salido de la habitación sin siquiera despertarme.

Pienso en ese sueño, la verdad es que yo siempre he sido una de esas personas que desean un amor verdadero, para toda la vida y demás; no creo que el amor estea sobrevalorado, todo lo contrario, de hecho.

Aunque es la primera vez que sueño con algo tan real, o así por lo menos se sentía. Me pregunto quien puede que fuera el chico, porque aún haberlo "besado" no le vi la cara, estaba difusa. Como cuando estudias para un examen y el día de este estás tan nerviosa que toda tu memoria se borra, no del todo, ves las hojas donde todo estaba escrito pero no las palabras. No se si me explico, en fin, ha sido muy extraño.

Más golpes.

Decido abrir la puerta.

— Buenos días Kaïa — me recibe Tyler con una sonrisa — perdón por las horas, no me mates, es que mamá me pidió que te despertara para avisarte de que tienes que ir a hacer una visita al instituto — dice de una sentada, mi cara de dormida debe resultarle graciosa porque se le escapa una carcajada.

— Qué hora es?

— Enserio de todo lo que te he dicho te quedas con que te he despertado temprano? — rompe a reír y al verme seria para inmediatamente — las nueve y media, bueno y treinta dos — asiento — Vístete si quieres y baja a desayunar o lo que sea, cuando estés lista avísame para irnos.

Asiento — vamos solo tu y yo? — niega.

— No, vamos, tú, Logan, Caleb y yo; otro amigo, te lo presentaré — asiento nuevamente.

— Tenéis entrenamiento o algo así? — pregunto.

— Sí, a las once y cuarto y acaba a las doce y media — murmuro un vale — quieres venir?

Billete de VueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora