Capítulo 19: Hijo de...

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Hijo de...

En el transcurso de la tarde me dedico a pasarla con mi mamá y Easton. Mi padre y Thiago se fueron apenas salimos del museo. Siguen molestos porque no le daré mi apoyo, y a decir verdad es lo que menos me importa. No me di cuenta en que momento Alex se fue, parece un fantasma, aparece y desaparece a cada nada. Las chicas reventaron en risas por cada tontería que salía de la boca de mi hermano. Me olvide de todo por unas horas, goce junto a los que quiero. Pero todo lo bueno tiene un final y este llego al suyo. Me despido de mi mamá y hermano, tienen que volver para empezar con la campaña. Mi mamá me pide que piense las cosas, que mi papá lo necesita, pero le digo que no necesito pensar nada y aunque lo hiciera mi respuesta seguirá siendo la misma. Igual me pide que lo haga y termino accediendo para que se valla más tranquila.

Termino en mi habitación tumbada en la cama adelantando los trabajos que tengo pendiente. Ahora me encuentro haciendo un resumen de testamento de juventud. También escribo mi opinión. Y a decir verdad es un libro que el mundo entero debería de leer. No doy críticas porque no tiene nada en absoluto que no sea de mi agrado, todo es perfecto hasta su narrativa.

Voy al baño y cuando salgo veo todos mis cuadernos, los trabajos tirados en el piso mojados junto a un charco de agua y el vaso con agua que tenía al lado de la cama esta volteado, mientras mi perro mordisquea las hojas, rompiéndolas.

- ¡Frey!- grite.

Rápidamente soltó las hojas corrió escondiéndose debajo de la cama de Emma.

Me acerco recogiendo todo lo que rompió. Todos los trabajos están todos baboseados rotos y mordisqueados. Toda la tarde haciendo todo esto, para que los dañe, y para el colmo los profesores no se van a creer esa de "Mi perro se comió la tarea". Lo miro y este agacha la cabeza.

-Frey- le hablo -mami estuvo toda la tarde haciendo esto, quemándose las neuronas y tú las dañas. Eso no se hace.

-Guao- ladra.

-Sin refutar jovencito. Yo soy la coronel y tú el sargento así que silencio.

-Te queda que te llame loca.

Salto del susto me resbalo cayendo sentada al piso justo en el charco de agua. Volteo encontrándome a Alex recargado en el umbral de la puerta con una chaqueta negra de cuero en la mano, mirándome con una ceja arqueada.

¿Cuándo entro? ¿Cómo no escuche? ¿Y cómo entro? Se supone que mi perro debería de cuidar que nadie entre. Volteo a ver a Frey y este se tapa la cara con la pata.

¡Ay nooo!

-Frey traidor- acuesta la cabeza poniéndola en medio de sus patas.

Para que no muerda ni le ladre a nadie es porque le tiene que agradar. Achino los ojos viéndolo. Le agrada el enemigo. Eso no puede ser. Veo a Alex con suspicacia.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto cruzándome de brazos.

Cierra la puerta detrás de él y se encamina hasta mi puesto.

-Vine a buscarte.

Deja las llaves de Emma en la mesita de noche y me mira.

¿De dónde saco las llaves?

Se me ilumina la cabeza con la clara respuesta de; Esto era lo que estaban planeando las tres mocosas esas. <<Paciencia>> si me dan fuerzas van a terminar ahorcadas.

-Te vas a quedar ahí o te vas a parar.

- ¿Qué?

Tuerce los ojos tomándome de los brazos poniéndome de pie. De cerca puedo detallar bien el gris de sus ojos, son hermosos. Me quedo quieta admirando el color de sus ojos. Son únicos, aunque para mí los ojos de color gris siempre lo son, podría decirse que es mi color de ojos favoritos. Debería ser el verde ya que mis ojos son de ese color, pero me gusta más el gris.

NOSOTROS© (EDITANDO PARA CONTINUAR CON LA HISTORIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora