Título: Obliviate
JamesPotterxlectora
Nota: Lo siento por la mala redacción.
Dejaste el regalo para James, tu novio, en la mesa comedor, en donde planeabas entregárselo, después de la cena, para que se sorprendiera. El miedo te invadió, porque estabas a punto de darle una noticia muy impactante, y temías que no reaccionara bien o te odiara.
Hacía unos meses, se habían mudado a un departamento de Londres, para iniciar su vida juntos. Este fue un gran paso para su relación, en la que ya llevaban cuatro años de novios. En un principio, y como se habían conocido por casualidad en el parque, no creíste que llegarían a tener una relación, ya que siempre notaste que James era un alma libre y a lo mejor él no quería una relación seria, pero ese pensamiento se desvaneció cuando él te propuso ser su novia y vivir juntos.
Para ti fue una gran noticia, porque James te gustó desde un principio. Aunque fue un golpe muy bajo cuando hace tan pocos días, te enteraste de que estabas embarazada, y el padre por lógica era James.
No supiste cómo reaccionar, y se te pasó por la cabeza detener el embarazo, pero esto solo fue un pensamiento momentáneo, cuando la alegría de ser madre te llegó. James y tú habían soñado muchas veces con formar una familia y ver a sus hijos crecer mientras ustedes envejecían. Claro, todo esto lo pensaban para futuro muy lejano, pero al parecer, el destino quiso adelantarles un poco el tiempo.
Suspiraste y te sentaste en la sala, pendiente de la puerta principal para cuando James llegara. Según tus cálculos, la reunión con la Orden debía terminar dentro de 30 minutos, y tu novio solo se demoraba unos minutos más para poder hablar con sus mejores amigos, y después regresaba al departamento por medio de la aparición, ya que no le gustaba dejarte tanto tiempo sola, por los tiempos oscuros que se estaban acercando.
Él te había contado, cuando comenzaron su relación, que era un mago al igual que sus amigos. Creíste que solo estaba jugando, pero luego de que te mostró algunos hechizos que hizo con una simple ramita extraña, te diste cuenta de que todo era verdad.
Obviamente, que fuera un mago no afectó nada para ti. Lo seguías queriendo, a pesar de que él te había contado de un mago tenebroso, llamado Voldemort, que estaba tomando poder, tanto en el mundo mágico, como en tu mundo. Incluso James te había contado, que tenía mucho miedo de que Voldemort te atacara, porque eras una simple "muggle" (como los magos llamaban a las personas sin magia) que sería un blanco muy fácil.
Miraste a tu alrededor para distraerte, porque tus manos temblaban y tu estómago se había vuelto pesado por el nerviosismo. Sonreíste al ver las fotos que habían en una mesa, a la que tu bautizaste como: "La mesa de los recuerdos". En ella, tú colocabas distintas fotos que te traían muchos recuerdos. Tales como: las fotos del inicio de tu relación con James, la cita doble que tuvieron con Lily y Sirius, la pijamada con los chicos y Lily. Y muchos recuerdos más, que fueron pasando por tu mente a la par de tus ojos por las fotos.
El sonido de una cerradura te distrajo de tus pensamientos. Miraste la puerta principal, y la emoción saltó en tu pecho. Era James, ya había llegado.
Te levantaste y esbozaste una sonrisa. En pocos segundos, la puerta se abrió, dejando entrar a James, quien pasó con la cabeza baja y dejó primero su abrigo en el perchero, antes de mirarte.
--Qué bueno que llegas-- hablaste, acercándote aun sonriente hacia él
James desvió su mirada de la tuya, y te detuviste en seco. De inmediato, notaste la tristeza y la preocupación en su rostro.