Calidez [Hakkai Shiba x OC] (Hiatus)

3. Azul

Algunos mese habían pasado, gracias a la compañía de Mitsuya ahora ya no me sentía tan sola y extrañada del mundo de afuera. El problema ahora era que tenía a dos chicos que ajustaban aún más a las personas a mi alrededor y no paso mucho tiempo para que el nombre de Mikey se hiciera tendencia en Draken.

Según él, era un niño al cual admirar él solo derroto a su antiguo grupo de delincuentes en un parpadear aun siendo ellos de secundaria. Desde entonces Draken ha seguido los pasos de Mikey incluso se desaparece casi toda la tarde solo para estar con él.

Mitsuya seguro quieres que no te ayude? - el nombrado miro por su hombro sosteniendo 3 bolsas de compras- es injusto que yo solo cargue una y tu tres

Está bien tranquila- di pequeños saltitos hasta llegar a su lado

Mientras hacia los encargos que me había dejado Masa-san gracias a que Draken de nuevo se fue sin avisar, me había encontrado a Mitsuya salir con sus bolsas del mandado empezamos a hablar en el camino y me conto que espero a que sus hermanas se durmieran para que lo dejaran salir.

Lo ayude con una de sus bolsas e íbamos rumbo a su casa.

Siento que voy a explotar- con mi mano libre intentaba sobar mi estomago para liberar los nervios que me carcomían por dentro

¿por? Son solo mis hermanas tu tranquila- ese era el problema. No sabía cómo lidiar con niños en general. Sus únicos amigos eran chicos de su edad

Mire la cabeza del chico a mi lado dándome cuenta de que gracias a su cabello ya no se lograba ver el tatuaje de dragón. Draken y él discutieron hasta el final por quien merecía tener el dragón hasta que Draken gano por soportar las pruebas de fuerza.

Dejemos al dragón dormí un rato.

Las casas a mi alrededor hacían que poco a poco imaginará como seria la del pelilila.

¿Sería grande? ¿Con un color blanquecino o un color ruidoso? ¿Tiene mascotas?.

Todas aquellas dudas se silenciaron al ver el lugar que teníamos enfrente, era unos departamentos comunes. Subimos por las escaleras exteriores hasta quedar frente a una puerta, mire de reojo el buzón y sobre este venia el apellido de los dueños.

"Mitsuya"

¿Te ayudo con una bolsa? - el pelilila estaba luchando por alcanzar las llaves de su bolsillo- anda solo será por un rato

Bien- al tener ahora yo tres bolsas fue más fácil para el contrario sacar las llaves y abrir la puerta de entrada- listo ahora regrésame las bolsas- negué con mi cabeza mientras abrirla puerta con ayuda de mi pie- Oi Mirai

No grites porque vas a despertar a tus hermanas- sus labios se pegaron al instante- jeje ¿Dónde dejo esto?

Si quieres déjalo aquí- toco la mesada de inicio

Obedecí y deje las bolsas con cuidado sobre esta, Mitsuya dejo la suya mientras colgaba las llaves cerca de la entrada.

El lugar estaba silencioso y la única cosa que hacía eco en su interior era el cantar de los pequeños gorriones que se asomaban por la ventana.

Estar en una casa después de tanto es...

Extraño...- murmuré llamando la atención del contrario

¿paso algo? - negué mirando a mi alrededor.

El reloj colgado en una de las paredes más cercanas señalaba las 10 am era demasiado temprano como para regresar a casa.