Calidez [Hakkai Shiba x OC] (Hiatus)

23. Último recurso

Al día siguiente salir de la habitación, sintiendo las miradas de las chicas a mi alrededor y notando al instante la ausencia de alguien en particular. Cuando llegue al elevador Masamichi estaba frente interfiriendo entre las puertas metálicas.

Mirai- su voz sonaba tan seria como la de Draken, aunque sé que no es nuestro padre biológico, Ken había sacado eso de él

iré con Emma- al levantar la mirada este no despegaba sus ojos de mi- no iré a ningún lado más- este dejo soltar un suspiro y se quitó de las puertas, presionando el elevador para llamarlo.

Llama a Ken cuando llegues allá, no me quiero meter con él cuando está enojado-solté una carcajada gutural y entre en el elevador. - y ve con cuidado... por favor.

La paternidad se te da bien Masa- chan- antes de que se cerraran las puertas lo vi con una sonrisa de lado llamando a las chicas, posiblemente para darles el boletín diario de tareas.

Cuando las puertas metálicas se volvieron a abrir me cubrí la cabeza con la gorra de mi sudadera y caminé con la mirada hacia abajo, no por pena a mi rostro, sino porque no quería ser interrumpida en mi trayecto a la casa de los Sano.

El camino me lo sabía de memoria, ya sea en la moto de Draken o caminando, aquella casa siempre nos reciba con los brazos abiertos y siento que esta vez era aún más la felicidad con la que me recibirían, teniendo en cuenta la historia del dojo familiar.

Abrí la enorme puerta de madera encontrándome a Emma y a su abuelo sentados en una de las entradas, llevando un uniforme blanco tan brillante que podría reflejar el sol.

Llegas tarde niña- sonreí al regaño del adulto y solo baje la cabeza- yo ya estoy jubilado como para seguir atendiendo nuevos estudiantes

Siento mi pedido repentino- al levantar la mirada una tela blanca viajaba en mi dirección, al tomarla me di cuenta de que era como lo que llevaba Emma.

¿Bueno? Draken- Emma tenía su celular en el oído mientras me miraba- sí, si sé que estas ocupado, solo quería avisar que Mirai llego a mi casa- no hacía falta acercarme para escuchar el grito de mi hermano mayor- Cállate, solo vino a platicar y regresara a casa antes de que te des cuenta, ¿tu vendrás? - sus mejillas se encendieron de golpe- e-espera, pero a qué hora llegaras?!- su gesto cambio a uno de sorpresa- Hola? Draken?, ¡Maldición me corto la llamada!

Así es él- ella cerro su celular de un movimiento y después de miro con una mano en la cintura

empecemos con esto antes que llegue y nos descubra- asentí con una sonrisa y por el rabillo del ojo note a su abuelo hincado en una pequeña almohada- Abuelo ya estamos listas

este sonrió y me ordeno ponerme la ropa que me había dado para empezar a entrenar.

Se que posiblemente no haga mucho a comparación de los chicos de la pandilla, pero si me sire como defensa, claro que lo tomare.